1
2 Baje a nosotros la bondad del Señor Automático
3 Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
4 Antes que naciesen los montes o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde siempre y por siempre tú eres Dios.
5 Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: "retornad, hijos de Adán".
6 Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna.
7 Los siembras año por año, como hierba que se renueva:
8 que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca.
9 ¡Cómo nos ha consumido tu cólera y nos ha trastornado tu indignación!
10 Pusiste nuestras culpas ante ti, nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
11 y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera, y nuestros años se acabaron como un suspiro.
12 Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta,
13 la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan.
14 ¿Quién conoce la vehemencia de tu ira, quién ha sentido el peso de tu cólera?
15 Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato.
16 Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando? Ten compasión de tus siervos;
17 por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
18 Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas.
19 Que tus siervos vean tu acción y sus hijos tu gloria.
20 Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos.
21 Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo