1 BOLETIN DE SALESIANOS COOPERADORES “MARIA AUXILIADORA” SDB - BREÑA 8. VALORES: COHERENCIA 2. MENSAJE RECTOR MAYOR 7. PERDI MIS PECADOS... 9. AUGUSTO CZARTORYSKI 6. ¿CIELO O INFIERNO? 3. JESUS EN LA EUCARISTIA 10. UN PEDACITO DE CIELO 5. 100 MODOS PARA COMU... 11. ORACION: MES AGOSTO 11. SONRIE ES BUENO... 16 AGOSTO 1815
2 2010 EL EVANGELIO A LOS JOVENES: LOS SIGNOS DEL REINO: LOS MILAGROS AGOSTO Es indudable que, en nuestro tiempo, no resulta fácil hablar de los milagros. Un escritor católico de los años 60, Luis Evely, al afrontar esta dificultad escribía, en forma provocatoria y muy discutible: “Nuestros antepasados creían en Dios a través de los milagros; nosotros, en el tiempo actual, a pesar de los milagros”. Por otra parte, con frecuencia se utiliza esta palabra para designar fenómenos fuera de lo común, como cuando se habla de “los milagros de la técnica”, o peor aún, cuando se confunde con la magia y la brujería, tan extendidas, desgraciadamente, incluso en los países del así llamado “primer mundo”. Hay que decir que el milagro, entendido cristianamente, no tiene nada que ver con esto. El “milagro” constituye, ante todo, una acción de Dios en el mundo y en la vida de los hombres. En el fondo, nos recuerda que Él es el Señor de la Creación y de la historia. Vayamos a la fuente misma desde la cual podemos entender lo que es el milagro: la vida y la acción de Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre. A través de los Evangelios, que sin duda no constituyen una “crónica” pormenorizada de su acción, sino que son ante todo testimonios de fe, llegamos a un núcleo histórico firme y seguro. En el evangelio de Marcos, el más antiguo, los relatos de milagros ocupan casi la mitad de la sección que precede a la pasión y muerte del Señor. En proporción un poco menor, aparecen también en Mateo y Lucas. En el evangelio de Juan, su número se reduce a 7, pero aumenta de tal manera su relevancia, que toda la parte que se refiere a la vida pública de Jesús (desde el segundo capítulo hasta el duodécimo) se le conoce frecuentemente como “el libro de los signos”, por la relevancia que Juan da a los milagros, acentuando su carácter de manifestación del ser y de la misión del Señor. Podemos concluir que quedaría muy poco de los evangelios, fuera de los relatos de la Pasión, si quisiéramos quitar de ellos los relatos de milagros. Pero no sólo es su cantidad la que sobresale, sino también su relevancia y centralidad. Para penetrar en el sentido de estas acciones extraordinarias de Jesús, reflexionemos en un texto evangélico particularmente significativo. Encontrándose ya Juan el Bautista en la cárcel, por obra del rey Herodes, envía a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?” (Lc 7,19-21; cfr. Mt 11,3). La pregunta no es indiferente, ni es expresión de curiosidad: quien pregunta es el Precursor, el que debía preparar el camino de aquel “que ha de venir”: una expresión que se refiere al Mesías, el Salvador que Dios había prometido a su pueblo. Además de que “tiene derecho” de preguntarlo, el peligro de muerte inminente en que se encuentra hace que la pregunta se entienda de esta manera: “¿puedo morir tranquilo, o mi misión no está cumplida aún?”. Lucas añade, en relación al texto de Mateo, un detalle: “En aquel momento (Jesús) curó a muchos de sus enfermedades y dolencias y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Y les respondió: ‘Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!” (Lc 7,21-23; cfr. Mt 11,4-6). La respuesta de Jesús es de una claridad total, para quien conoce, como el Bautista, la predicación profética, pues presenta, por decir así, las “credenciales de su Mesianismo”, aquellos signos que lo autentifican, según las palabras de los profetas del Antiguo Testamento, sobre todo Isaías (26, 19; 29,18; 35,5; 42,7; 61,1). En este sentido, es una respuesta mucho más segura, para Juan, que simplemente decirle: “sí, lo soy”: con ello no habría dado al encarcelado ninguna seguridad, en especial porque los evangelios no soslayan el hecho de que el Mesianismo de Jesús no coincidía con lo que Juan mismo esperaba. Las palabras de Jesús en este texto muestran una progresión en las acciones “milagrosas”, hasta llegar a la más importante: devolver la vida a un muerto. Pero no se queda aquí, sino que hay todavía un signo mayor: “se anuncia a los pobres la Buena Nueva”. Aquí encontramos, de una manera muy clara, el valor y el límite de los milagros. El signo por excelencia no son los prodigios, por más extraordinarios que sean, sino la predicación del Reino. En este horizonte del Reino, los milagros, al mismo tiempo que son preanuncio de una salvación integral a la que Dios nos ha destinado, en la cual tiene un papel esencial también el cuerpo que no sólo tenemos, sino que somos, constituyen también una invitación a aceptar el Reino, y a colaborar en su construcción. Para Jesús, el milagro no es meta, sino punto de partida; y menos aún es un sustituto de la fe, sino su consecuencia. SIGUE...
3 2010 EL EVANGELIO A LOS JOVENES: LOS SIGNOS DEL REINO: LOS MILAGROS Encontramos otros pasajes del evangelio en los que Jesús relativiza aún más el valor de los milagros. Cuando los fariseos y escribas, que no aceptan su mensaje, le exigen signos prodigiosos, responde el Señor: “Esta generación es una generación malvada; pide un signo, pero no se le dará otro signo que el signo de Jonás” (Lc 11,29-30). Dicho “signo” en el caso de Jonás no fue otro que su predicación, en la cual no existió ningún elemento extraordinario: y sin embargo, provocó la conversión total de Nínive. Pero aún más radical aparece esta relativización de los milagros en la parábola de Lázaro y el rico egoísta. Cuando, hacia el final de la parábola, el rico pide a Abraham que permita que Lázaro se les aparezca a sus hermanos, para que se conviertan, Abraham le contesta: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque un muerto resucite” (Lc 16,31). En el evangelio de san Juan encontramos la misma dinámica: donde no encuentra Jesús la actitud fundamental del creyente, que es la fe, los “signos” no tienen ninguna eficacia: los judíos que recibieron el pan multiplicado milagrosamente, al final lo abandonan (cfr. Jn 6). Peor todavía: es necesario reconocer que los milagros que Jesús realizó no hicieron más fácil o aceptable su misión y su predicación, sino que, paradójicamente, fueron uno de los factores que le llevaron a la muerte. La expresión más dramática de ello la encontramos en el evangelio de san Juan: los jefes del pueblo deciden dar muerte a Jesús... ¡porque Él da la vida! (cfr. Jn 11,45- 53; 12,9-11). Sería muy interesante continuar este tema profundizando una cuestión que para muchos católicos constituye un problema: el sentido de los milagros que pedimos a la Santísima Virgen María y a los santos. Por una parte, es indudable que todo milagro es obra sólo de Dios; pero también es cierto que es válida la intercesión de la Madre de Dios y de sus “amigos”, los santos y santas. La evangelización y catequesis deben purificar este rasgo típico de la piedad popular, sin por ello considerarlo equivocado, o un vestigio de “paganismo”. Un ejemplo de sano equilibrio de parte de la Iglesia frente a los milagros lo vemos en los procesos de beatificación y canonización: no se declara santa a una persona simplemente porque haya hecho grandes acciones, incluso milagros; sino que se analiza, de una manera exhaustiva, toda su vida. Pero para que este proceso culmine, es necesario certificar un milagro que Dios ha realizado por medio de su intercesión. En la vida de San Juan Bosco encontramos, con frecuencia, acciones extraordinarias de Dios que podemos llamar, en algunos casos, auténticos milagros. El mismo Don Bosco alude a ello, cuando dice: “Si confiáis en María Auxiliadora, veréis lo que son milagros”. Sin embargo, esta confianza en Dios y en la Virgen María jamás le ahorraron su entrega incansable y sus innumerables fatigas por el bien de sus muchachos. En el fondo, también Don Bosco habría aceptado una frase, que más allá de un simple juego de palabras, encierra una verdad muy profunda: el mayor milagro que Dios puede realizar en nuestra vida, es que creamos en su Amor sin necesidad de milagros... Citado por R. LATOURELLE, Miracoli di Gesù e teologia del Miracolo, Assisi, Cittadella Editrice, 1987, p. 34.
4 FIGURA HUMANA Y ESPIRITUAL DEL BEATO MIGUEL RUA Don Pascual Chávez Villanueva En la carta - testamento que escribió para todos los Salesianos antes de morir, Don Bosco afirmaba: «Vuestro primer Rector ha muerto. Pero nuestro verdadero superior, Cristo Jesús, no morirá. Él será siempre nuestro maestro, nuestro guía, nuestro modelo; pero recordad que, a su tiempo, Él mismo será nuestro juez y recompensará nuestra fidelidad en su servicio». Ésta fue, desde su infancia, una convicción de Miguel Rua. En la circular que envió el 21 de noviembre de 1900 refleja y desarrolla estas palabras diciendo a todos los Salesianos: «Qué hay de más sublime en el mundo que exaltar en nosotros y hacer conocer y exaltar por otros el inmenso amor de Jesús en la redención; exaltar en nosotros y hacer conocer y exaltar en los otros el amor de Jesús en su nacimiento, en sus enseñanzas, en sus ejemplos, en sus sufrimientos..., en instituir la Santísima Eucaristía, en soportar su dolorosísima pasión, en dejarnos a María por madre, en morir por nosotros..., y diría, aún más, en querer estar con nosotros hasta el fin de los tiempos en el adorable Sacramento del Altar». Sobre su amor a Jesús Eucaristía, los testimonios en el proceso de beatificación son muy explícitos. Don Juan Bautista Francesia y Don Julio Barberis afirman que, al llegar a una casa salesiana, su primera petición era: «Llevadme a saludar al Dueño de la casa». Y con esto entendía la iglesia, donde se arrodillaba un largo rato ante el tabernáculo. Don Francesia añade que con frecuencia pasaba ‘gran parte de la noche para hacer compañía -como él decía- al Solitario del Tabernáculo. Atestigua también: «Quería que el Santísimo Sacramento fuese el centro de todos nuestros corazones. Iba repitiendo: ‘Hagámonos un tabernáculo en nuestro corazón y mantengámonos siempre unidos al Santísimo Sacramento’. La fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús, instituida en 1856, difundió cada vez más en el mundo cristiano el culto a este símbolo del amor misericordioso de Jesús. El Papa León XIII dio un impulso especial a este culto, y especialmente los días que marcaban el paso del siglo XIX al XX, exhortó a todos los cristianos a consagrarse al Corazón de Jesús, componiendo él mismo una larga fórmula de consagración. Don Rua quiso que la noche entre el 31 de diciembre de 1899 y el 1 de enero de 1900 los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora, los Cooperadores y todos los jóvenes de las obras salesianas hiciesen esa consagración. En el Santuario de María Auxiliadora, él mismo con los Superiores mayores, los Salesianos y los jóvenes, pasó aquella noche en oración, y hacia la medianoche su voz, unida a las de todos los presentes, pronunció despacio y solemnemente el acto de Consagración.
5 Sabía tocar las fibras del corazón. Era no solo un evangelizador-educador, sino también un comunicador nato. La ecología comunicativa inventada por Don Bosco tenía el claro fin que posteriormente uno de mis predecesores, el Padre Egidio Viganó, ha definido en forma lapidaria: educar evangelizando, evangelizar educando, combinación inseparable en la misión salesiana. Don Bosco lograba sacar lo mejor de los jóvenes volviéndolos protagonistas de su propia educación, y lo mejor de los educadores-evangelizadores haciendo de ellos los testigos del evangelio y los animadores de la rica epifanía juvenil. En el Oratorio un gran abanico de propuestas comunicativas tocaba la vida de tantos jóvenes “pobres y abandonados” llegados a Turín desde los valles. Casa, escuela, catecismo, misa, trabajo, banda de música, teatro, paseos, juegos, talleres, buenas noches, narraciones de sueños, sermones, palabras al oído, tarjetitas con mensajes personalizados, etc. comunicaban una cultura, un modo de ponerse en relación con Dios, con el mundo y con los demás. El conjunto abría a la esperanza y a la confianza, daba sentido a la vida, cuando tal vez para algunos todo ello ya se había perdido. El Oratorio, en resumen, representaba una sólida y bien arraigada alternativa cultural. Pero Don Bosco iba más allá. Su genio comunicador se manifiesta en una carta vehemente de la cual cito un breve fragmento: “La difusión de buenos libros es uno de los fines principales de nuestra Congregación. (…) Por esto, entre los libros que hay que divulgar, propongo que demos preferencia a los que tienen fama de ser buenos, moral y religiosamente hablando, especialmente los que salen de nuestras tipografías. (…). Con el Boletín Salesiano, entre tantísimos proyectos, tuve también éste: mantener vivos entre los jóvenes, vueltos a sus casas, el amor al espíritu de San Francisco de Sales y a sus normas y hacer de ellos mismos los salvadores de otros jóvenes”. P. Pascual Chávez Villanueva Don Bosco fue por tanto un educador-evangelizador-comunicador. Para los salesianos la comunicación social se fundamenta en la misión misma de la Iglesia y la expresamos en la pasión por Dios, en la pasión por la salvación de los jóvenes, en el “da mihi animas, cetera tolle”: la comunicación social no es algo externo y, mucho menos, extraño a la misión, sino que surge de la misión. Luego el salesiano, como hijo de Don Bosco, es un evangelizador- educador-comunicador por naturaleza. Hoy constatamos que los jóvenes han creado su propio ambiente, el llamado ambiente digital, un hábitat virtual del cual se sienten dueños. El hecho al comienzo fue observado con desconfianza. Pero es justo aceptar que -abandonadas las edades de piedra y cincel, de papel y tinta, de paredes y aulas y escucha pasiva- los jóvenes reclamen lenguajes nuevos, nuevos métodos y nuevos modos de educación y evangelización. Ellos desean ser autores y actores de su espacio, de su lenguaje y de sus contenidos, inventan y vuelven a crear su propia persona, exigen libertad de navegación y diálogo en el ciberespacio. Pues bien, si allí se sitúan ellos, allí debemos situarnos también nosotros: educando, anunciando, dando testimonio. Fuera de estos espacios y lenguajes ya no somos ni vistos ni escuchados ni comprendidos por los jóvenes, no podríamos educar ni incidir evangélicamente en la cultura. Esta nueva realidad ni debe asustarnos ni podemos rechazarla: correríamos el peligro de abandonar a los jóvenes que la habitan; y son, a estas alturas, la enorme mayoría. Allí han nacido, allí viven, allí trabajan, allí se divierten, allí entablan relaciones, allí gozan y allí sufren. Podría hasta decir que muchos allí mueren: basta entrar en las redes sociales, en SECOND LIFE, en MYSPACE, en FACEBOOK, en algún blog, o en YOUTUBE o... Si el Sistema preventivo reclama la presencia del salesiano “en el patio”, entre los muchachos, entonces debemos reflexionar, actualizar y poner en práctica la presencia del salesiano educador-evangelizador en los nuevos patios de la comunicación donde convergen tantos medios, donde las paredes no son de ladrillo o de cemento, los cables conductores no son únicamente metal o fibras, sino también energía y ondas captadas y lanzadas por satélites a través del espacio. Cierro citando a Papa Benedicto XVI: “Quisiera concluir este mensaje dirigiéndome de manera especial a los jóvenes católicos para exhortarlos a llevar al mundo digital el testimonio de su fe. Amigos, siéntanse comprometidos en sembrar en la cultura de este nuevo ambiente comunicativo e informativo los valores sobre los que se apoya su vida”. La nueva situación de la cultura de la comunicación ofrece inéditas posibilidades de educación y de evangelización. Gran forjador de ambientes educativo-evangelizadores, Don Bosco había sabido intuir la bondad y la fuerza de los lenguajes de la comunicación para incidir de modo original y efectivo en los jóvenes. Hoy la comunicación social es el camino obligado para la difusión de la cultura y de los modelos de vida. Es parte significativa de la experiencia juvenil.
6 Cierto día un hombre santo estaba teniendo una conversación con el Señor y dijo: - Señor, me gustaría saber como son el Cielo y el Infierno. El Señor llevo al hombre santo hacia dos puertas. Al abrir una de las puertas, el hombre santo miro dentro y en medio del cuarto había una gran mesa redonda. En medio de la mesa había una gran olla de guisado que olía tan delicioso que hizo agua la boca del hombre santo. La gente sentada alrededor de la mesa estaba delgada y enferma y parecían hambrientos. Ellos estaban sosteniendo cucharas con mangos muy largos que estaban atados a sus brazos, cada uno fue capaz de meter la mano en la olla de guisado y tomar una cucharada, pero por causa que el mango era mas largo que sus brazos, no podían poner las cucharas dentro de sus bocas. El hombre santo se estremeció ante semejante cuadro de miseria y sufrimiento. El Señor le dijo: - Has visto el Infierno. Luego fueron y abrieron la siguiente puerta. Era exactamente igual como el primer cuarto. Había una gran mesa redonda con una gran olla de guisado que hizo agua la boca del hombre santo. La gente estaba equipada con las mismas cucharas de mangos largos, pero aquí la gente estaba bien alimentada y llena de salud, riéndose y hablando. El hombre santo dijo: - No entiendo. Es simple dijo el Señor: Esto requiere de una habilidad. Mira: ellos han aprendido a alimentarse el uno al otro, mientras que los avaros piensan solamente en ellos mismos. Antes de decir : Señor, ¿qué tienes para mi vida el día de hoy? Mejor pregúntale : Padre, ¿qué puedo dar a otros de lo mucho que ya me has dado? CUANDO JESUS MURIO EN LA CRUZ EL ESTABA PENSANDO EN TODOS NOSOTROS EL VERDADERO SENTIDO DEL AMOR ES DAR, JESUS MURIO PARA DARNOS TODO POR AMOR
7 365 FLORECILLAS DE DON BOSCO ¿Quién no recuerda el caso de aquel muchacho que, cuando se hicieron ejercicios espirituales por primera vez en el Oratorio de Valdocco, escribió sus pecados y luego perdió la hoja donde los había escrito? El pobrecito iba entre sus compañeros preguntando medio en lombardo y medio en italiano: - “¿Quién ha encontrado mis pecados?”. Todos lo miraban con aire sonriente y sólo podían admirar su simplicidad. Pero se lo encontró Don Bosco y paternalmente le exhortó a que se confesara con él. - “Pero si no me acuerdo de nada”. - “Ya te diré yo tus pecados; no lo dudes”. Fue con él a la capilla y se le arrodilló cerca. Cuando oyó que le repetían no confusamente, como lo habría hecho él, sino con orden y precisión la dolorosa historia de su conciencia, dejó por un momento su seriedad y compostura externas y le dijo en su dialecto: - ”Ha sido usted, ha sido usted”, como si quisiera decirle: ”Usted se ha encontrado mis pecados”. Los jóvenes estaban acostumbrados a comprobar este señalado don del cielo que le consentía a Don Bosco leer claro en las conciencias de sus hijos, y decían: - “Quien se va a confesar con Don Bosco sólo tiene que decir: “Sí, señor. Él hace el examen y actúa de tal forma que nos deja completamente tranquilos”.
8 LA COHERENCIA P. Sergio G. Román ¿QUE ES? Coherencia significa que se tiene “cohesión”, término que se usa en física para significar la unión que se realiza entre dos substancias. Coherencia significa, por lo tanto, la unión entre y entre. En el caso particular de los valores, podemos decir que somos coherentes cuando, al actuar, nuestra voluntad está de acuerdo con nuestro entendimiento; cuando nuestros actos están de acuerdo con nuestros principios; cuando nuestras palabras van de acuerdo con la verdad. ¡ES IMPORTANTE SER COHERENTES! Los niños aprenden lo que ven. Este es un principio pedagógico incuestionable y plenamente comprobable con la simple observación de la conducta de los pequeños. Por ello, los papás deben ser coherentes y esforzarse para que sus actos estén de acuerdo con lo que enseñan a los hijos. No es posible vivir dos morales, una apta sólo para adultos y otra para niños. “¿Por qué quieres ser adulto?”- le pregunté a un niño sabiendo que ellos quieren ser mayores, y el niño contestó- “Para poder ver películas de adultos como mi papá”. Si a los niños les prohíben tomar café y refresco de cola porque son malos para ellos, los papás deberían abstenerse de tomarlos también, porque si lo hacen están invitando a sus hijos a hacerlo tan pronto como ellos se sientan grandes. ¡UN MUNDO NOS VIGILA! Sin caer en la obsesión, los papás deben darse cuenta de que sus hijos los ven constantemente ¡y los juzgan!, porque juzgar es un acto natural del entendimiento. Si sus actos corresponden a las normas que a ellos les exigen, crecerán ustedes como padres ante sus hijos; pero si se dan licencias para actuar en contra de esas normas, sus hijos los descalificarán como padres o, lo que es peor, aprenderán que hay una doble moral, una para el que obedece y otra para el que manda. Y no son solamente los hijos quienes los vigilan: San Pablo dice que “somos espectáculo ante Dios, ante los ángeles y ante los hombres”. La coherencia de nuestros actos y de nuestras palabras está sobre todo en orden al testimonio ante los demás, pero acrecienta también la buena opinión que de nosotros mismos tenemos, porque la conciencia es la primera en echarnos en cara nuestras incoherencias. COHERENTES CON NUESTRA FE Así como es importante la coherencia de los papás ante sus hijos, es importante la coherencia de todos aquellos que tenemos la misión de guiar: políticos, policías, maestros, profesionales del micrófono, sacerdotes y laicos comprometidos tenemos la obligación de ser coherentes ante los que servimos. ¡Cuánto daño ha hecho a la Iglesia el mal testimonio de algunos sacerdotes! El momento actual nos exige reforzar nuestra coherencia y actuar siempre conformes al Evangelio que predicamos. SER O NO SER Históricamente somos los mexicanos un pueblo católico, pero también hemos sido un pueblo católico perseguido y atacado. El catolicismo tiene muchos enemigos: todos aquellos que ven en nosotros un impedimento para sus deseos. Pero, ¿no es cierto que nosotros mismos somos nuestros peores enemigos? Cuando un católico actúa incoherentemente, traiciona y agrede su propia fe. ¿Son católicos los diputados que en la Asamblea del Distrito Federal votaron a favor del aborto? ¿Son católicos los narcotraficantes?, ¿Son católicos los que venden pornografía? ¿Son católicos los que sobornan y dan mordidas? ¡Ellos piensan que sí! ¡Eso es la incoherencia! SI DESEAS SER COHERENTE... No le pegues a tu hijo para castigarlo porque le pegó a su hermanito. No le apliques a tu cónyuge la “ley del hielo” si estás enseñando a tus hijos a dialogar y a comprenderse. Si son católicos, eviten lo que los lleve a divorciarse. Si son católicos, cásense por la Iglesia. Si eres católico, no aceptes un noviazgo con una persona divorciada. Si eres católico, no caigas en la tentación de acudir a brujos, gurús, espiritualistas y santeros. Si eres católico, asiste a tu parroquia y colabora con ella. Si eres apóstol laico, no ataques a tu Iglesia, ni critiques ni murmures. Si eres de los que van a Misa, que tu comportamiento corresponda al que ha convivido con Cristo. Si eres religiosa, no discrimines, ni hagas distinción de personas, ni des “pellizcos de monja”. Si eres sacerdote, por lo menos ¡sé educado!
9 SANTIDAD SALESIANA Nace: 2 Ago. 1858 Proceso iniciado: 14 Feb. 1921 Venerable: 1 Dic. 1978 Beatificado: 25 Abr. 2004 PERO SIN INCLINACION A LA POMPA Desde su exilio, el Príncipe Ladislaw había buscado restaurar la unidad en su país el que se había dividido en 1795. Cuando tenía seis años, Augusto perdió a su madre. Margarita de Orleáns tomó su lugar. Ella era la hija del Conde de París, pretendiente del trono de Francia. Desde temprana edad, Augusto demostró ser un niño bueno y pensativo. A pesar de sentirse muy ligado a su querida Polonia, nunca se sintió atraído por la vida cortesana. La acción de la gracia en su alma, lo desinteresó de los bienes terrenales y le otorgó una vida espiritual seria. CONOCE UN DIRECTOR ESPIRITUAL Entre los 10 y los 17 años estudió en Paris y en Krakow, pero su salud lo obligó a interrumpir sus estudios y viajar al sur de Europa frecuentemente en busca de un clima mejor. En esa época la Providencia colocó a José Kalinowski en su vida, quien prudentemente lo guió no sólo en sus estudios, sino particularmente en su vida espiritual. Después Kalinowski se convirtió en Carmelita. Hoy es venerado en la Iglesia como Santo. ENCUENTRO CON DON BOSCO El tutor describió a su alumno como un joven con un carácter estable, alma buena, perfectamente cortés, sincero, inteligente y muy religioso, pero con un corazón sencillo. En mayo de 1833 Don Boscofue a Francia. Fue invitado al Palacio Lambert por la Princesa Margarita de Orleáns. Augusto hizo de monaguillo en su Misa y el Santo le dijo: “Había querido conocerte desde hace algún tiempo!”. Al príncipe lo impresionó este encuentro. Después de ello fue varias veces a Turín a encontrarse con Don Bosco. Le insistió para ser aceptado en los Salesianos, pero el Fundador no estaba convencido. Augusto habló con el Papa León XIII, quien invitó a Don Bosco a que lo aceptara. LINAJE REAL Augusto Czartoryski nació en Paris el 2 de agosto de 1858, del hogar exiliado del Príncipe Polaco Ladislaw y la Princesa María Amparo, hija de la Reina de España. Esta familia noble, ligada a la nobleza polaca, había emigrado a Francia treinta años antes. NOVICIADO – DESPUES CON ANDRES BELTRAMI En julio de 1887, después de haber renunciado a los bienes mundanos y a toda posibilidad del trono, ingresó al noviciado contra los deseos de la familia. Tenía 29 años. En sus esfuerzos para adaptarse al Oratorio y a su estilo de vida, se convirtió en el más humilde de los novicios. Don Bosco, casi en su lecho de muerte, bendijo su hábito religioso. Inició sus estudios de filosofía. Pronto se enfermó de tuberculosis. En la casa de Valsalice, Turín, conoció al Venerable Andrés Beltrami. Ambos desarrollaron una profunda amistad espiritual cuando Andrés cuidó a Augusto durante su enfermedad. SU FAMILIA NO ESTABA FELIZ Entre tanto Don Rua le permitió estudiar teología y lo admitió en el Orden Sagrado. Cuando fue ordenado sacerdote en San Remo, el 2 de abril de 1892, su familia estuvo ausente; habían hecho muchos esfuerzos para que él dejara la congregación. LA ENFERMEDAD COBRA SU VICTIMA Augusto tomó plenamente la espiritualidad Salesiana, especialmente en lo concerniente al sacrificio y ofreció su vida y sus sufrimientos por el bien de los jóvenes y de la Congregación al igual que lo hizo Don Bosco. El Padre Augusto murió en Alassio el 8 de abril de 1893, el día Sábado de la Octava de Pascua. “Qué Pascua tan maravillosa!” había dicho. Tenía 35 años de edad. Juan Pablo II, el Papa polaco, tuvo la dicha de declararlo Beato el 25 de abril de 2004. Su cuerpo es venerado en Przemysl, Polonia.
10 Cuenta Don Bosco: “Un día del año 1847 se me apareció la Reina del Cielo y me condujo a un jardín encantador; era un inmenso rosal. Para no dañar las rosas me quité los zapatos, y empecé a andar. Pero las rosas tenían terribles espinas que me destrozaban los pies. Viendo que no podría continuar así, Nuestra Señora me aconsejó que me volviera a poner el calzado. Así lo hice. Muchas personas me seguían, pero apenas empezaban a sentir las fuertes punzadas de las rosas, se devolvían. Había rosas a la derecha, a la izquierda, en el suelo, y sobre la cabeza de los que caminábamos. Pero todas con espinas muy agudas y algunas nos daban punzadas tan terribles que producían espasmos. La gente desde la orilla del rosal decía: “Mire qué sabroso viaja Don Bosco: caminando sobre rosas y todo es fácil para él”, pero no sabían qué tan dolorosos pinchazos estaba yo sintiendo en los pies, en la cabeza, en los brazos y en las espaldas. Muchos religiosos que me habían seguido, al sentir tantos dolores exclamaban: “Nos engañaron, esto es muy duro”. Y yo les contestaba: “el que sólo desea gozar, sin sufrir, que se devuelva. Pero los que desean triunfos a costa del propio sufrimiento, que me sigan”. Muchos abandonaron la vía y se devolvieron. Algunos me seguían todavía. De vez en cuando alguien se desanimaba y se devolvía, pero unos cuantos valientes seguían por el camino de rosas aguantando las dolorosas heridas. Al final nos encontramos en un precioso jardín. Todos íbamos heridos, sudorosos y sangrantes. Pero luego sopló un suave viento y quedamos curados. Vi que los que me acompañaban pertenecían a muchas naciones y muchas razas. Luego llegamos a un edificio de una hermosura inenarrable. Allí nos esperaba la Virgen María, la cual nos dio esta explicación: El rosal es el camino que debe seguir quien se dedica a educar la juventud. Las espinas son los muchos sufrimientos que hay que soportar para poder educar bien: Las rosas significan que para ser buen educador hay que tener mucha caridad. El ponerse el calzado para atravesar el rosal significa que hay que usar el “calzado de la mortificación”. Mortificar las simpatías y las antipatías. Porque quien se deja llevar de las simpatías o antipatías paraliza su apostolado y no logra conseguir los debidos frutos para la vida eterna”. “Hay que recordar a todos que después de un poco de tiempo de sufrimientos educando a la juventud, se llegará a la Casa del Padre en el Cielo, donde cada uno recibirá su premio, según hayan sido sus obras”. “Con mucha caridad y mucha mortificación se llegará al cielo, en donde ya no habrá sino rosas, sin espinas”. “Apenas la Santísima Virgen terminó de hablar, me desperté”. MB 3, 32. Este sueño lo tuvo Don Bosco en una época muy dura para él: Ya llevaba 6 años tratando de conseguir colaboradores para educar a sus jóvenes, pero todos se le iban: sacerdotes, seminaristas, profesores: todos se cansaban: la vida del Oratorio de Don Bosco era muy dura: la comida mala. El trabajo mucho. La pobreza grande, y los jovencitos, por ser de las clases más abandonadas, eran toscos y groseros (sobretodo al principio). Pero desde que la Virgen le hizo las revelaciones de este Sueño, ya Don Bosco aprendió el REMEDIO PARA OBTENER TRIUNFOS: recordar sin cesar a sus colaboradores el gran premio que les esperaba en el cielo. “Un pedacito de cielo lo arregla todo” le había dicho San Benito Cotolengo. Y a base de hacer presente el futuro maravilloso que les esperaba en la eternidad, se fue consiguiendo colaboradores fijos, que a pesar de tantas espinas de la vida, perseveraron en su compañía y llegaron a formar la poderosa Comunidad Salesiana, que tantos jóvenes educa en el mundo. Las espinas no han dejado de atormentar, pero la esperanza en el Reino Eterno del Cielo tampoco ha perdido su fuerza maravillosa de animación. “Un pedacito de cielo lo arregla todo”
11 GENERAL DEL SANTO PADRE: LOS DESOCUPADOS Y LOS SIN TECHO Para que los sin trabajo, sin techo y cuantos viven en grave situación de necesidad encuentren comprensión y acogida y sean ayudados de forma concreta a superar sus dificultades. MISIONERA DEL SANTO PADRE: LOS DISCRIMINADOS, HAMBRIENTOS, EMIGRADOS Para que la Iglesia sea el "hogar" de todos, pronta a abrir sus puertas a cuantos son obligados a emigrar a otros países por las discriminaciones raciales y religiosas, el hambre y las guerras. MISIONERA SALESIANA: LAS FAMILIAS CONFIADAS AL CUIDADO PASTORAL DE LOS SALESIANOS EN AFRICA Por las familias confiadas al cuidado pastoral de los Salesianos en toda África, para que sean escuelas y casas de acogida. África ha acogido a Jesús, con José y María, en aquella trágica situación de emigrados. En nuestros entornos salesianos a menudo hemos sido testigos del atrevido ejemplo de bautizados y bautizadas que en África llegan hasta la temeridad en la hospitalidad, arriesgando la misma vida en contextos de fuertes discriminaciones interétnicas. Inspirados por el Sínodo para África que nos ha invitado a la paz y a la reconciliación, suplicamos al Espíritu Santo, Espíritu de Fortaleza, que ilumine a las familias africanas - especialmente aquéllos encomendados al cuidado pastoral de los Salesianos en 42 países de África. Por las familias confiadas al cuidado pastoral de los Salesianos en toda África, para que sean escuelas y casas de acogida