Cómo promover los recursos de los niños adoptados para crecer y rehacerse desde la adversidad Asociación ATLAS Getafe, 8 de junio de 2013 José Luis Gonzalo.

1 Cómo promover los recursos de los niños adoptados para ...
Author: Lidia Maidana Padilla
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1 Cómo promover los recursos de los niños adoptados para crecer y rehacerse desde la adversidad Asociación ATLAS Getafe, 8 de junio de 2013 José Luis Gonzalo Marrodán Psicólogo-Psicoterapeuta

2 Guión Concepto de resiliencia. Qué es un tutor de resiliencia. Las familias y los profesionales como tutores de resiliencia. Pautas para ser un/a padre/madre adoptivo/a o un/a profesional tutor/a de resiliencia de sus hijos/as o niños/as.

3 JL GonzaloAsoc. ATLAS 8 junio 20133 Concepto de resiliencia Muchas personas sobrevivientes de malos tratos, calamidades, guerras, genocidios, orfanatos en condiciones pésimas, abandono, abusos sexuales… han podido desarrollar la resiliencia. La resiliencia es la capacidad no sólo para resistir los impactos traumáticos y mantenerse suficientemente equilibrado psicológicamente, sino el surgimiento de capacidades insospechadas a partir de la elaboración mental de dichos impactos.

4 Qué es un tutor de resiliencia Muchas personas comentan que el contar con una persona, un amigo, un maestro, un compañero… que les apoyó, reconfortó, orientó, calmó o les insufló esperanza, de manera afectiva, les ayudó enormemente. Tanto que cambió radicalmente su vida porque les permitió salir adelante y no morir, enfermar, desfallecer, destruir o autodestruirse.

5 Tutor de resiliencia (Cyrulnik) "Un tutor de resiliencia es alguien, una persona, un lugar, un acontecimiento, una obra de arte que provoca un renacer del desarrollo psicológico tras el trauma. Casi siempre se trata de un adulto que encuentra al niño y que asume para él el significado de un modelo de identidad, el viraje de su existencia. No se trata necesariamente de un profesional. Un encuentro significativo puede ser suficiente. Conozco a un joven maltratado, a quien echaron a la calle, delincuente, prostituido, jefe de una pandilla que un día se puso a conversar en la terraza de un café con un editor. El joven salió transformado, diciendo: "Es la primera vez que me hablaron como a un hombre". El editor jamás se dio cuenta hasta qué punto había logrado encantar al joven violento y desesperado".

6 Marilyn Monroe Cyrulnik, «El murmullo de los fantasmas» «Cuando era niña, Marilyn Monroe no conocía la ternura y comenzó a buscar a cualquier precio vivencias que le dieran un soplo de vida. En Manhattan, donde cursó estudios de teatro, se convirtió en la alumna favorita de Lee Strasberg, que había quedado fascinado por su gracia extraña. Ya por entonces con mucha frecuencia había estado muerta. Era preciso estimularla mucho para que no se dejase arrastrar a la no vida. Se quedaba adormecida, no se levantaba de la cama y dejaba de lavarse. Cuando la despertaba un beso, el de Arthur Miller, por quién se volvió judía, el de John Kennedy o el de Yves Montand, volvía a la vida, deslumbradora y cálida. Y nadie se daba cuenta de que estaba siendo embelesado por un fantasma. Marilyn Monroe jamás pudo encontrar ni vínculo ni sentido, las dos palabras que permiten la resiliencia. Ni siquiera aquéllos que la amaron con sinceridad pudieron penetrar en su mundo psíquico para ayudarla a hacer un trabajo de reconstrucción de su propia historia que fuera capaz de dar sentido a su infancia atropellada. Cegados por tanta belleza no supimos ver su inmensa desesperación. Permaneció sola en el barro, lugar al que, de vez en cuando, le arrojábamos un diamante..., hasta el día en que se dejó ir»

7 Hans Christian Andersen Cyrulnik, «El murmullo de los fantasmas» Su historia comienza con una abuela desalmada que obligaba a su hija a prostituirse. No sólo le imponía clientes, además la golpeaba, hasta que un día, la joven se fugó y, estando embarazada de Hans Christian, contrajo matrimonio con un señor de apellido Andersen. “Estaba dispuesta a todo para que su hijo no conociese la miseria. Por eso se hizo lavandera, mientras que el padre se enroló como soldado de Napoleón”, comenta Cyrulnik. Sin embargo, la madre del futuro contador de historias de hadas falleció alcohólica y analfabeta, en medio de una crisis de Delirium tremens, y su padre se mató en un arranque de demencia. El niño se vio obligado a trabajar en una fábrica de tabaco, donde reinaba la hostilidad. Pero hubo alguien distinto en su camino: su abuela paterna se convirtió en su regazo y tutora educativa. Ese patito feo pudo sacar su vida del fango y hacerla nadar junto a los grandes cisnes blancos, gracias a la anciana y a su labor de “resiliencia”, como se denomina a la capacidad de sobreponerse a los traumas psíquicos y heridas emocionales.

8 La promoción de la resiliencia (Barudy) La resiliencia primaria La resistencia resiliente La resiliencia secundaria

9 La resiliencia infantil primaria La capacidad de un niño o niña para enfrentar los desafíos de su crecimiento y desarrollo incluyendo las circunstancias difíciles, gracias a sus cualidades mentales, afectivas y relacionales primarias, cognitivas y conductuales resultado de contextos de buenos tratos.

10 El primer año…

11 NECESIDADES EXCITACIÓN - INCOMODIDAD ALIVIO - RELAJACIÓN GRATIFICACIÓN: Contacto visual Sonrisa Movimiento Alimento APEGO SEGURIDAD CONFIANZA

12 El segundo año... DESEOS LIMITES DEL ADULTO: “no” RESPUESTA DEL NIÑO Acepta los límites Los prueba y desafía APRENDE MEDIANTE LA EXPLORACIÓN ADULTO: PROMUEVE AUTONOMÍA – MARCA LOS LÍMITES AUTONOMÍA IDENTIDAD

13 La resistencia resiliente infantil La capacidad de los niños y niñas víctimas de malos tratos a sobrevivir por medio de estrategias adaptativas (coping o carreras morales) Estas pueden ser : – Destructivas o maladaptativas – Constructivas si conocen factores resilientes

14 La resiliencia infantil secundaria Es la capacidad de un niño o niña de desarrollarse suficiente bien y sano para proyectarse en el futuro como alguien no culpable, digno y valioso; a pesar de haber sufrido malos tratos, haber tenido condiciones de vida difíciles y sufrido diferentes tipos de traumas. Esto es posible, gracias a sus recursos y a un entorno social, institucional: afectivo y solidario. Es decir a experiencias relacionales con tutoras y tutores de RESILIENCIA

15 Se puede resiliar de las experiencias adversas Los niñas y niños víctimas de malos tratos pueden resiliar sus experiencias si encuentran dinámicas y tutores de resiliencia. La terapia resiliente es un enfoque biográfico y contextual. Se basa en el vínculo afectivo, la toma de conciencia del daño y de los contextos dañinos, y el apoyo social para sentirse orgulloso de haber resistido y ser un sobreviviente.

16 Las familias adoptivas y los profesionales como tutores de resiliencia Ser tutor de resiliencia supone que los padres/profesionales se sitúen desde la comprensión empática (se ponen en sus zapatos, en su piel, como se dice popularmente) del hijo/niño-a: ha sufrido duras experiencias que no se olvidan, que dejan huella y deben de ayudarle a afrontarlas proporcionándole su seguridad, su firmeza, su paciencia y su constancia. Todos los problemas conductuales, emocionales, de aprendizaje… son producto de un sufrimiento. Nada malo hay dentro de ese niño para comportarse así (Barudy y Dantagnan, 2005; 2010) Lo que le sucede es el resultado de factores exógenos, de un daño externo producido en una etapa en la que es vital tener unos cuidadores. Los padres y profesionales han de partir de ello. No deben olvidarlo nunca.

17 Las familias adoptivas y los profesionales como tutores de resiliencia Ese tutor de resiliencia es el padre y/o la madre y/o profesional que se mentalizan para trabajar, hacer equipo, con el fin de ayudar a su hijo/a o niño/a a que vaya desarrollando un vínculo seguro, a que confíe en el género humano, convirtiéndose en una caja de resonancia de sus emociones, templando sus angustias y miedos, celebrando sus avances, exigiendo lo justo y razonable, tratando de no ser rígidos con las normas, sabiendo que necesitan mucha ayuda para todo durante un tiempo porque son inseguros. Estando presentes para darles lo que no recibieron en su momento sabiendo que aunque en su calendario ponga que tiene 10 años, en realidad es como si empezara de cero.

18 Las familias adoptivas y los profesionales como tutores de resiliencia Y, ante todo y sobre todo, el tutor de resiliencia le ayuda al hijo/a o al niño/a: – Comprender que él ha sufrido mucho, que debe sanar de sus heridas emocionales. – Le proporciona una explicación clara y ordenada de lo que sepa de sus orígenes y circunstancias de vida, de manera sincera, hablándolo y apoyándole en lo que sienta, desculpabilizándole de toda responsabilidad por lo que le ocurrió. El no mereció eso tan duro que sufrió. – Si ahora tiene problemas, como, por ejemplo, no sabe relacionarse, busca provocar, no es capaz a veces, de tolerar una frustración, se enfada fácilmente, va retrasado en los estudios, es impulsivo, se aturulla o se muestra torpe; o bien si no están los padres presentes, aún no gestiona el orden y la secuencia de cómo hacer bien las tareas cotidianas, la explicación se asocia con sus primeros años en los que nadie estuvo allí para ayudarle.

19 Las familias adoptivas y los profesionales como tutores de resiliencia Todo eso afecta y desorganiza la mente y ahora, sus referentes, sus tutores de resiliencia, su tutor/a de resiliencia, van a ayudarle incondicionalmente a que vaya tratando de mejorar en todo esto. El tutor será su sustento todo lo que necesite porque sin él o ella no va a poder hasta que no se organice mentalmente. Algunos quizá no puedan nunca y necesitarán este apoyo durante toda la vida. Los padres y profesionales como tutores de resiliencia serán, en este caso, en nuestra metáfora, las casas que sujetan a la casa que carece de cimientos.

20 Las familias adoptivas y los profesionales como tutores de resiliencia No se trata de justificar y excusarse en una historia para no avanzar y luchar por mejorar día a día, sino de comprender empáticamente. Cuando un niño se siente comprendido, funciona mucho mejor. Y la de proporcionarles un canal de expresión en el que el sufrimiento que acumulan pueda ser transformado en fuerza sanadora y no destructiva (deportes, teatro, música, arte, palabra…)

21 Las familias adoptivas y los profesionales como tutores de resiliencia Las familias y los profesionales como tutores de resiliencia se harán conscientes de que el desafío es grande, el trabajo difícil, pero las satisfacciones las irán encontrando en la medida que observen los avances y sobre todo, la mejora de la convivencia como consecuencia de que hacen una redefinición más positiva del niño o niña. Han de plantearse ser unos tutores de resiliencia firmes pero amables, con unas pautas claras de lo que su hijo puede hacer, trabajar con él para enseñárselas y ser pacientes, y esperar a que vaya interiorizándolas. Dentro de un clima de aceptación fundamental: la persona es siempre aceptada y querida, pero las conductas no van a ser toleradas, si hacen daño.

22 Actividad 1: El sentir resiliente Cierra los ojos. Sigue tu respiración. Imagina a tu hijo/a mentalmente, trata de conectarte con su sentir. Dibuja: – Cómo le sientes. – Cómo sientes que puedes ser tutor de resiliencia para él o ella.

23 Actividad 2: La casita de Vanistendael (2004)

24 ¿Cómo fomentamos la resiliencia? Modelamos como personas: Mostrar equilibrio y estabilidad emocional; transmitir con nuestra conducta y autorevelaciones pertinentes; con nuestras cualidades. La paciencia, la perseverancia y la confianza de la persona-profesional son FUNDAMENTALES. La gestión de nuestras propias emociones y creencias. Revisar nuestros auto-referenciales educativos. Nuestra ansiedad, rigidez, exigencia, expectativas elevadas… El papel de la narrativa y reconstrucción de historia de vida: reconocer al adolescente su dolor y permitirle la expresión de todo tipo de emociones. No minimizar nunca este dolor ni las experiencias traumáticas (el cerebro es el mismo órgano para toda la vida) Ayudarle a encontrar sentido. La mentalización: Enseñarle a identificar los estados internos de los demás y reflexionar sobre los mismos, marcar sus emociones, intenciones y deseos como propios del niño, sin invadirlos. La empatía: ¡No la usamos casi nada! Sin dejar mi propio yo, transmitir al niño que sentimos lo que siente (Sentirse sentido, Siegel, 2007)

25 ¿Cómo fomentamos la resiliencia? Las técnicas educativas clásicas: el castigo, el tiempo fuera, la retirada de privilegios… ¿Están indicadas? La importancia de la reparación. La parentalidad positiva: la consecuencia enseña. Enseñar, educar, formar a nuestros niños para la vida. La estructura, los límites, la permanencia (vínculo) La aceptación del niño como es, con independencia de sus rasgos, conducta, características…: “Te acepto como persona pero no tolero las conductas que nos dañen. Buen trato” Proveerle de recursos de expresión y transformación del dolor y/o del malestar. Darle oportunidades de integración y participación social (redes)

26 Resumen: la metáfora de la bicicleta (Forés y Grané)

27 Pautas para ser un padre/madre tutor de resiliencia Las dos “p”: paciencia y perseverancia en el trabajo con el niño en el día a día.

28 Qué es paciencia La capacidad para tolerar algo sin ponerse nerviosos. La facultad para saber esperar algo. La lentitud para llevar a cabo una tarea.

29 La exigencia, acorde a las posibilidades del niño/a.

30 Reconocer el dolor y el sufrimiento al niño/a por el maltrato padecido

31 La autonomía del niño/a, de acuerdo a su capacidad para conducirse solo/a

32 Usar la función reflexiva del cuidador

33 Técnicas ineficaces para educar al niño que se deben descartar

34 Técnicas eficaces para educar focalizadas en el apego

35 Todo no se puede cambiar, hay que aceptarlo

36 Pedir ayuda profesional

37 Promover el autocuidado

38 Yo tengo; yo soy; yo estoy; yo puedo (Grotberg, 1995) Yo tengo Personas del entorno en quienes confío y que me quieren incondicionalmente. Personas que me ponen límites para que aprenda a evitar los peligros o problemas. Personas que me muestran por medio de su conducta la manera correcta de proceder. Personas que quieren que aprenda a desenvolverme solo. Personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender. Yo soy Una persona por la que otros sienten aprecio y cariño. Feliz cuando hago algo bueno para los demás y les demuestro mi afecto. Respetuoso de mí mismo y del prójimo. Yo estoy Dispuesto a responsabilizarme de mis actos. Seguro de que todo saldrá bien. Yo puedo Hablar sobre cosas que me asustan o me inquietan. Buscar la manera de resolver los problemas. Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien. Buscar el momento apropiado para hablar con alguien o actuar. Encontrar alguien que me ayude cuando lo necesito.

39 Una experiencia como ejemplo de que es posible.

40 Un joven nos relata qué le ayudó a crecer y rehacerse desde la adversidad “Cuando vienes a la psicoterapia recibes como un shock. Eres muy tuyo y compartir con quien no conoces tu intimidad… Pero es muy importante transmitir confianza y tú lo hiciste poniéndote en mi lugar. Pero no de una manera superficial sino comprometiéndote. Por ejemplo, diciendo: ‘si yo estuviera en tu lugar…’ Entonces te dices que si él, terapeuta, lo haría, entonces es un camino. Y escoges un camino y ya no estás tan desorientado. Yo me he sentido muy ayudado”

41 Un joven nos relata qué le ayudó a crecer y rehacerse desde la adversidad (II) “También destacaría el escuchar. Esto es importantísimo, la gente no sabe escuchar. Nadie te escucha. Cuando eres joven y has sufrido como yo, la tentación es salir por la noche y evadirte. La droga circula por ahí, es muy accesible, en cualquier parte te la dan. Todo el mundo te pone una pastilla delante pero nadie te pone su escucha. Yo a los más jóvenes que que les veo colgados, les digo que vayan al psicólogo porque allí, al menos, les escucharán” “Otra cosa que me ha ayudado es la paciencia. No me dejabas ni me echabas aunque yo no viniera y me animabas por teléfono a que acudiera. Cuando yo no iba a la terapia, tú te podías bajar tranquilamente a tomar un café o fumarte un cigarrito, pero no lo hacías. No era como un paciente más o un número más. Me llamabas y te preocupabas de qué me había podido pasar para no ir a la sesión”

42 Un joven nos relata qué le ayudó a crecer y rehacerse desde la adversidad (III) “El dar ánimos es muy necesario. Nadie te anima. Cuando estás mal, no tienes ganas de nada y la gente te toma por vago, indisciplinado, pasota o descarado. Pero es que estás mal, joder, y nadie te pregunta cómo estás ni mucho menos te da ánimos. Los profesores mismos no te animaban nada. Si no hacías los deberes, te castigaban” “Las ganas que tenías de verme avanzar era para mí, cada día, un motivo para no rendirme y seguir. Y eso que lo mío era muy complicado. Aguantar las ganas de no meterte era muy duro. Hacía gimnasia, hablaba con los amigos, usaba las técnicas que me enseñabas, estaba con la novia… Tienes un impulso, un ansia, no puedes con ello… Robar también era una manera para mí de descargar esa ansia, pero con trabajo y paciencia y dejándome la piel aprendí a canalizarlo”

43 Un joven nos relata qué le ayudó a crecer y rehacerse desde la adversidad (IV) “En la terapia he aprendido a no ser tan egoísta, pensar en mí y reflexionar sobre mi vida y lo que siento y hago me ha enseñado a ser menos egoísta” “En la terapia descubrí, tuve una experiencia que no pensé que tendría (aprovecho para comentar que la resiliencia no es solo una persona que acompaña, puede ser una experiencia, una actividad, un lugar… que produce el comienzo del "viraje de la existencia" -Cyrulnik- de un individuo): las cajas de arena que hicimos me ayudaron a darme cuenta que mi camino de curación estaba en la naturaleza. Ya sabes que hacía cajas de arena con animales, árboles, plantas… Naturaleza en estado puro. Eso es lo que yo quería. En la naturaleza y su cuidado estaría mi camino, pensé. Me acuerdo que hablamos que podía ser guarda forestal pero no; ya sabes que un invernadero de plantas y flores me atraía más. Tú lo creas, lo mimas lo ves avanzar día a día... Ves nacer el fruto de tu trabajo. Eso me ayudó un montón, y encontrar una oportunidad como la que mi jefe me dio (otra experiencia resiliente) apostando por mí para trabajar en un sitio de estos, fue vital. Tengo un proyecto de vida”

44 Referencias Barudy, J. y Dantagnan, M. (2006) Los buenos tratos a la infancia. Parentalidad, apego y resiliencia. Barcelona: Gedisa. Barudy, J. y Dantagnan, M. (2010) Los desafíos invisibles de ser madre o padre. Manual de evaluación de las competencias y la resiliencia parental. Barcelona: Gedisa. Dantagnan, M. (2004) Técnicas educativas eficaces e ineficaces en el tratamiento educativo de los niños con trastornos de apego. Documento no publicado. Forés, A. y Grané, J. (2010) La resiliencia. Crecer desde la adversidad. Barcelona: Plataforma editorial. Grotberg, E. (1995) The International Resilience Project: Promoting Resilience In Children. Washington D.C., Civitan International Research Center, University of Alabama at Birmingham. Eric Reports. Melillo, A. (2005) El pensamiento de Boris Cyrulnik. Perspectivas sistémicas, 85. Rygaard, N. P. (2008) El niño abandonado. Guía para el tratamiento de los trastornos del apego. Barcelona: Gedisa. Siegel, D. (2007) La mente en desarrollo. Bilbao: Desclée de Brouwer. Vanistendael, S. y Lecomte, J. (2004) Resiliencia y sentido de vida. Buenos Aires: Paidós.

45 Muchas gracias. www.buenostratos.com