CONGRESO INTERNACIONAL MADRID SIN BARRERAS: ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS 24 y 25 mayo de 2016 La Discapacidad y el Tercer Sector Raúl Sanz Burgos Universidad.

1 CONGRESO INTERNACIONAL MADRID SIN BARRERAS: ACCESIBILID...
Author: Alba Ávila Bustos
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1 CONGRESO INTERNACIONAL MADRID SIN BARRERAS: ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS 24 y 25 mayo de 2016 La Discapacidad y el Tercer Sector Raúl Sanz Burgos Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)

2 La Discapacidad y el Tercer Sector En el artículo 54. 2 del Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y su Inclusión Social se establece que “Las personas con discapacidad, incluidos los niños y las niñas, y sus familias, a través de sus organizaciones representativas, participarán en la preparación, elaboración y adopción de las decisiones y, en su caso, de las normas y estrategias que les conciernen, siendo obligación de las administraciones públicas en la esfera de sus respectivas competencias promover las condiciones para asegurar que esta participación sea real y efectiva. De igual modo, se promoverá su presencia permanente en los órganos de las administraciones públicas, de carácter participativo y consultivo, cuyas funciones estén directamente relacionadas con materias que tengan incidencia en esferas de interés preferente para personas con discapacidad y sus familias”. Y en el 54. 3, “Las administraciones públicas promoverán y facilitarán el desarrollo de las asociaciones y demás entidades en que se agrupan las personas con discapacidad y sus familias. Asimismo, ofrecerán apoyo financiero y técnico para el desarrollo de sus actividades y podrán establecer convenios para el desarrollo de programas de interés social.” Sin embargo, tradicionalmente, el objetivo de las asociaciones de este ámbito ha consistido en establecer las mejores condiciones de vida para las personas con discapacidad es el objetivo de las asociaciones de este ámbito.

3 La Discapacidad y el Tercer Sector Respecto de las asociaciones orientadas a establecer mejores condiciones de vida, para reconocer cómo contribuyen –o se espera de ellas que contribuyan- a la participación de las personas con discapacidad en la sociedad, es necesario indagar qué causas explican - su surgimiento - su impulso desde el poder público - sus pautas de actuación - los resultados de su acción

4 La Discapacidad y el Tercer Sector Sobre el surgimiento del Tercer Sector Explicaciones de tipo economicista Insuficiencia del mercado en la prestación de servicios Insuficiencia del Estado La teoría del fallo del mercado resalta la incapacidad de este mecanismo de distribución para proporcionar ciertos bienes a todos los ciudadanos que los necesitan. El Estado –a través de los impuestos- puede hacer que todos los individuos contribuyan a la producción y distribución de tales bienes y servicios para ponerlos a disposición de todos aquellos los necesitan. El Estado, no obstante, padece también sus propias limitaciones a la hora de financiar y distribuir bienes. Unas limitaciones relacionadas la mayor parte de las veces con los servicios ofertados, que suelen ser los que tienen una mayor demanda y cuya producción y distribución deja a quienes padecen necesidades minoritarias sin los servicios precisos para cubrirlas. Otras veces, en cambio, la calidad de los servicios públicos se considera insuficiente por algunos de sus usuarios; esta carencia dejaría un espacio para la prestación de servicios que puede ser cubierto por organizaciones privadas –altruistas o no.

5 La Discapacidad y el Tercer Sector El impulso del Tercer Sector desde el poder público Para aclarar los motivos de la canalización de recursos en favor del Tercer Sector –o para impulsar en esa misma dirección los recursos en el futuro- se señala que este sector puede frenar el crecimiento del Estado convertido tras la segunda guerra mundial en Estado de bienestar. Esta virtualidad limitadora del Estado inscrita en las organizaciones no lucrativas explica la importancia concedida en las últimas décadas al voluntariado. Una vez reconocido su valor –y con el fin de detenerla expansión del Estado- se fomenta el protagonismo del sector no lucrativo en la prestación de Servicios Sociales. En este planteamiento favorable al Tercer Sector en perjuicio del Estado como agente de la solidaridad de la sociedad se destaca habitualmente que el Estado social ha provocado un desproporcionado crecimiento de las agencias estatales en perjuicio de las instituciones nacidas de la autoorganización de la sociedad. Este punto de vista concibe la burocracia estatal como una amenaza a la libertad individual así como para la cohesión social, puesto que los individuos dejan de cooperar entre sí para resolver sus problemas o satisfacer sus necesidades y pasan a competir por conseguir prestaciones sociales.

6 La Discapacidad y el Tercer Sector Vías de escape: neoliberal y comunitarista. Para los autores neoliberales consiste en reducir la intervención del Estado para dejar ese terreno en manos del mercado, cuyas organizaciones y racionalidad consideran más eficaces para asignar recursos así como para distribuir bienes y servicios. La recuperación del mercado como mecanismo más eficaz para la distribución de bienes y servicios descansa en un diagnóstico de la sociedad y la política democráticas. La complejidad de la sociedad, se dice, requiere la separación del mercado y la política, que debe limitarse a generar las normas e instituciones necesarias para facilitar los intercambios. La intervención estatal puede ser muy perjudicial para la sociedad cuando va más allá de este cometido regulador del orden público y la elección de sus representantes se lleva a cabo por vías democráticas: los candidatos a ocupar el gobierno, o los gobernantes decididos a permanecer en él, ofrecen bienes y servicios sociales en busca de votos, y grupos pequeños pueden conseguir beneficios a cambio de sus votos, perjudicando así los intereses de grupos más grandes, pero con menor capacidad para influir en las decisiones gubernamentales. Esta posibilidad efectivamente inscrita en la dinámica electoral conlleva que la redistribución en aras de la justicia social se vea amenazada por los intereses de los grupos con influencia o capacidad de movilización electoral y no alcance a todos los que necesitan los servicios. Los defensores a ultranza del mercado rechazan, sin embargo, conceder valor positivo alguno a la intervención de las organizaciones sin ánimo de lucro porque éstas –dados los reducidos costes de las personas que trabajan en ellas- compiten deslealmente con las organizaciones empresariales en la prestación de servicios. El altruismo se considera además, desde este punto de vista, un modo de intercambio propio de pequeñas comunidades, con vínculos interpersonales fuertes: allí donde se han perdido tales vínculos sólo se puede confiar la prestación de servicios al mercado y no a una generosidad espontánea que, además, contradice el dogma antropológico fundamental del liberalismo, que consiste en considerar a los individuos como un sujetos egoístas, sólo interesados en maximizar sus beneficios.

7 La Discapacidad y el Tercer Sector Frente al liberalismo y su insistencia en los derechos y la autonomía individuales, las corrientes llamadas comunitaristas han puesto de relieve el carácter disolvente de los mecanismos sociales para resolver problemas inscrito en el discurso de los derechos. Este discurso típicamente moderno, que pone el énfasis en la protección del individuo frente a la injerencia del Estado en la esfera privada así como en los títulos para conseguir prestaciones estatales con las que hacer efectiva la autonomía individual, pasa por alto el carácter constitutivamente social de las personas, así como la naturalidad de la colaboración entre individuos –aunque sea en el seno de la familia- para resolver los problemas a los que el Estado moderno destina los bienes y servicios públicos. Esta actitud colaborativa puede darse más allá de la familia cuando hay vínculos fuertes entre los individuos

8 La Discapacidad y el Tercer Sector Frente a las posturas neoliberales y comunitaristas en favor del desmantelamiento del Estado de bienestar, los partidos socialdemócratas y democristianos –con diferentes modulaciones- han destacado la capacidad de esta forma estatal para combinar democracia y capitalismo. Estos partidos han tratado de responder a la pretensión de demoler esta forma estatal redefiniendo los cauces de su actuación, que ahora pasa por el llamado “pluralismo del bienestar”. En este nuevo planteamiento, el Estado deja de suministrar directamente los bienes y servicios para limitarse a planificar, establecer las normas y facilitar la financiación a las organizaciones que deben prestar los servicios. De este modo se puede decir que el Estado no abandona su responsabilidad como institución garante de la libertad igual de los ciudadanos, pero abre la puerta a las organizaciones altruistas y las empresas privadas para que contribuyan también a resolver o al menos paliar los problemas y carencias de la sociedad. El Estado plantea los objetivos generales y concede a las entidades privadas la posibilidad de participar en el logro de esos objetivos mediante programas gestionados por distintas organizaciones, lucrativas o no, aunque con el apoyo económico de las administraciones públicas. Las agencias gubernamentales controlan el ejercicio de tales programas, pero la intervención misma queda en manos de los agentes privados que pueden llegar a ofrecer servicios a través de sus propias estructuras. Esta manera de organizar la acción estatal en el campo de los Servicios Sociales es cada vez más frecuente. Uno de los desafíos a los que se enfrenta el “pluralismo del bienestar” es el de hacer que la intervención de los diversos actores sea coherente, sin solapamientos ni zonas abandonadas.

9 La Discapacidad y el Tercer Sector Sobre las pautas de actuación La desconfianza ciudadana hacia la eficacia de la representación política mediada por los partidos políticos para resolver los problemas de la población ha llevado a la constitución de organizaciones centradas en la resolución de problemas concretos. Diversos factores como la revolución de las comunicaciones y el progreso educativo explican la multiplicación de los movimientos ciudadanos y el auge de las organizaciones del Tercer Sector: individuos conscientes de sus circunstancias y capacitados para emplear las herramientas que el mundo de las nuevas tecnologías ponen hoy a su disposición crean con facilidad redes de personas con intereses comunes y con posibilidad de generar importantes corrientes de opinión en favor de distintos intereses. La reaparición en escena de la sociedad civil no conlleva, por lo demás, que el Estado deje de ser responsable del bienestar de los ciudadanos. Los Estados han conservado la tarea de controlar la intervención de los actores privados en la prestación de servicios, pues, pese al impulso económico recibido por el Tercer Sector, sus organizaciones no pueden sostenerse sin el apoyo del Estado. El apoyo económico estatal es imprescindible en todos los países, incluidos los Estados Unidos de América, donde el Tercer Sector tiene una larga tradición y está fuertemente arraigado.

10 La Discapacidad y el Tercer Sector La diferente importancia de las organizaciones del Tercer Sector en los diferentes países requiere una explicación. La primera que cabe aportar es que el motivo de las diferencias hay que buscarlo en los sistemas socio- políticos. Las particulares instituciones se explican por su historia y tradiciones organizativas que ilustran la continuidad de las funciones y relaciones de los sectores público y privado, comprendiendo éste tanto las organizaciones lucrativas como las del Tercer Sector. Desde este planteamiento, el mimetismo legislativo entre distintos países afecta sólo a aspectos superficiales de las políticas e instituciones. Las tradiciones nacionales parecen ofrecer la mejor explicación de las diferencias, pues las normas que regulan la actuación de las organizaciones del Tercer Sector son normas elaboradas con la colaboración de las organizaciones que se van regir por ellas, que suelen tener ya una dinámica de actuación así como el interés de no exigirse cambios demasiado costosos. No se puede negar, sin embargo, que en todos los sistemas de Servicios Sociales se puede reconocer una acusada tendencia de las administraciones nacionales a limitar su responsabilidad en la provisión directa de servicios públicos en favor de la búsqueda de otros sistemas para alcanzar dicha provisión, sistemas que pasan invariablemente por promover la intervención privada.

11 La Discapacidad y el Tercer Sector Sobre los resultados de la actuación del Tercer Sector Aunque la utilización de voluntariado puede abaratar los costes de los servicios, la voluntariedad misma puede ser un obstáculo para construir redes estables capaces de solventar las necesidades de la sociedad. La insuficiencia de los mecanismos que resultan de la solidaridad espontánea ha sido, precisamente, lo que ha llevado a establecer mecanismos de solidaridad obligatoria como la seguridad social. Un rasgo de estas organizaciones que puede minar su eficacia es la falta de profesionalidad de sus voluntarios, de ahí la necesidad de formar a estas personas para que el caudal de generosidad que atesoran no resulte finalmente estéril por falta de pericia técnica para afrontar problemas complejos de exclusión social. Una de las mayores amenazas a la eficacia del Tercer Sector puede venir, por tanto, de las dificultades para reclutar voluntarios que sean al mismo tiempo profesionales formados para dar la mejor asistencia médica, psicológica, jurídica, etc. Esta posible carencia es un factor a tener en cuenta a la hora de valorar la capacidad del Tercer Sector para sustituir plenamente la intervención pública en el ámbito de los Servicios Sociales.

12 La Discapacidad y el Tercer Sector Las organizaciones del tercer Sector pueden resultar ineficaces también por la parcialidad de los intereses de sus voluntarios y de quienes los sostienen, pues en ocasiones se dirigen a quienes poseen intereses o ideas afines a los de la entidad altruista. Las organizaciones sin fin de lucro facilitan la expresión y gestión de multitud de grupos, pero no todos los colectivos logran organizarse –por ejemplo, los individuos a los que la pobreza y la marginación han dañado hasta imposibilitar su acción conjunta- y pueden, en consecuencia, quedar excluidos no sólo de la sociedad, sino de los beneficios de las organizaciones voluntarias. El carácter paternalista de estas organizaciones constituye un indicio de que el Tercer Sector no es (del todo) resultado de las demandas de servicios de la comunidad, sino de decisiones de las organizaciones mismas o de sus miembros más importantes de actuar en un campo o en otro con el resultado de que los servicios e intervenciones llevadas a cabo pueden no estar relacionados ni depender de las necesidades efectivas de amplias capas de población que necesitan el apoyo de los Servicios Sociales. Pero el mayor peligro que se esconde en confiar por completo al sector voluntario la gestión de los servicios sociales consiste en que con ello se pierda su exigibilidad como derechos para todos, para configurarse de nuevo como beneficencia de alcance parcial. También hay que señalar el carácter ideológico del encauzamiento de los recursos económicos del Estado en favor de las ONGs y en perjuicio del desarrollo e implementación públicos de programas de servicios sociales.

13 La Discapacidad y el Tercer Sector Las tareas de las organizaciones del Tercer Sector en el ámbito de la discapacidad El objetivo de las asociaciones del Tercer Sector en el ámbito de la discapacidad consiste en facilitar las personas con discapacidad los medios necesarios para desarrollar su proyecto vital. Estas personas, como cualquier otra, tienen la lícita expectativa de ser autónomas e independientes, objetivos que en las sociedades actuales no se confían exclusivamente a los medios de que dispone cada individuo, sino que la sociedad posibilita el cumplimiento de esas metas a través de medidas legislativas y organizativas así como mediante la inversión de recursos económicos. De ahí que las disposiciones necesarias para posibilitar la autonomía personal de las personas con discapacidad no difieran más que en el grado de las medidas adoptadas para hacer efectivos los derechos del resto de los ciudadanos. El Tercer Sector, para contribuir a que las personas puedan llevar adelante sus personales planes de vida, tiene una ardua tarea de cambio de las instituciones políticas y sobre todo en la intervención en multitud de aspectos que condicionan la acción de las personas: desde el entorno urbano a la percepción que de los mismos tiene la sociedad. Es decir, la actividad de las asociaciones no se puede dirigir sólo a sus miembros, sino también a las personas que en principio no se hallan en riesgo de exclusión por discapacidad.

14 La Discapacidad y el Tercer Sector La exclusión de la sociedad imposibilita a los individuos llevar adelante un proyecto de vida en condiciones iguales al resto de los ciudadanos, imposibilita quizás incluso concebirlo. La inclusión en la sociedad o la pertenencia a la sociedad requiere que el entorno facilite respeto, valoración y afecto a los individuos. La sociedad facilita la inclusión de todos cuando genera cauces para la participación que hacen efectivos la valoración positiva de las personas sin depender de las condiciones individuales de quienes sostienen tales actitudes y valoraciones. Los movimientos en favor de la inclusión han perseguido esta meta desde modelos o planteamientos que hoy se consideran insuficientes. El trabajo de las asociaciones ya no se limita a desarrollar en las personas con discapacidad habilidades que les permiten realizar actividades valoradas por la sociedad (normalizar) para situarlas así en ámbitos de las personas, en principio, no excluidas (integrar). La inclusión requiere además cambiar los contextos en los que se integran las personas. Los cambios en el entorno pueden ser de muy distinta índole. Un aspecto sobre el que pueden incidir es en el modelo de sociedad, que para las asociaciones no puede ser otro que el más favorable a la inclusión de todos los ciudadanos, en el que no se considere como precio razonable del progreso de la mayoría el abandono a su suerte de las personas con riesgo de exclusión.

15 La Discapacidad y el Tercer Sector Una importante consecuencia de la vulnerabilidad y la exclusión es la drástica disminución de la capacidad del individuo para tomar decisiones efectivas sobre su propia vida. Las asociaciones buscan capacitar a los individuos para adoptar tales decisiones, para lo que se requiere trabajar aspectos del individuo y de su entorno determinantes de la capacidad para proyectar fines así como de la voluntad para alcanzarlos. Se requiere que los individuos desarrollen habilidades, pero también que el entorno –en un primer momento la familia- facilite a las personas con discapacidad oportunidades para desarrollar su capacidad de autodeterminación. La capacitación de las personas con discapacidad para ser autónomas no se puede confiar siempre a las buenas intenciones del entorno más cercano, pues las personas que constituyen dicho entorno pueden necesitar apoyos para cumplir ese objetivo; las personas ya capacitadas para tener su propio proyecto vial necesitan también servicios para llevar a cabo esos planes. Los servicios prestados por las asociaciones con el fin de facilitar la autonomía de las personas tienen que abarcar ambos grupos de necesidades.

16 La Discapacidad y el Tercer Sector Conectada con la capacitación para la autonomía está la lucha por los derechos que hacen efectiva la autonomía de los ciudadanos. Junto con la reivindicación de los derechos sociales, que hacen efectiva una forma de entender la libertad igual de los individuos, las asociaciones reivindican también los derechos que facilitan la participación de las personas con discapacidad en la vida política como individuos y también como grupo.