CONTEXTO ORGANIZACIONAL. DEFINICIÓN DE ORGANIZACIÓN. OCHO DEFINICIONES DE ORGANIZACIÓN: Weber: es un círculo de personas habituadas a obedecer órdenes.

1 CONTEXTO ORGANIZACIONAL ...
Author: jaime fajardo oliveros
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1 CONTEXTO ORGANIZACIONAL

2 DEFINICIÓN DE ORGANIZACIÓN. OCHO DEFINICIONES DE ORGANIZACIÓN: Weber: es un círculo de personas habituadas a obedecer órdenes de dirigentes y que buscan la permanencia en el dominio para conservar los beneficios que han conseguido. Waldo: puede definirse como la estructura de interrelaciones personales autoritarias y habituales en un sistema administrativo. Chester Bernard: es un sistema de actividades o fuerzas coordinadas conscientemente de dos o más personas. Philip Selznick: es la expresión estructural de la acción racional

3 DEFINICIÓN DE ORGANIZACIÓN. OCHO DEFINICIONES DE ORGANIZACIÓN: Daniel Katz y Robert Kahn: es un sistema energético de entrada y salida, donde el regreso energético de la salida reactiva el sistema (inputs y outputs). Es una transacción entre la organización y su entorno. Realizan actividades reguladas. David Silverman: son instituciones sociales con ciertas características especiales: son creadas de modo consciente en un momento determinado; sus fundadores les han dado metas importantes, la relación entre sus miembros y la autoridad legítima es bien definida. Karl Weick: organizar es reducir mediante el consenso la ambigüedad mediante conductas razonables entrelazadas. Cohen, March y Olsen: es un conjunto de oposiciones en espera de problemas, sucesos y percepciones que a su vez buscan situaciones decisorias en las que puedan manifestarse, soluciones en busca de problemas para los que podrían ser la respuesta, y ejecutivos en busca de tareas.

4 Existen diversas y novedosas variantes teóricas sobre la interpretación de concepto de organización, las cuales reflejan una diversidad de opiniones. Cualquier definición de organización oculta pero a la vez ofrece claves para descubrir lo que yace bajo la superficie. Cada definición revela una perspectiva distinta y bastante coherente, desde la cual ordenar nuestra interpretación. Las perspectivas teóricas se pueden distinguir entre sí a lo largo de toda una gama de dimensiones, seis de los cuales ocupan un lugar especial en la bibliografía sobre las organizaciones:

5 PERSPECTIVAS TEÓRICAS - DIMENSIONES I. Los diferentes intereses cognoscitivos apoyados por teorías: refiere al tipo de propósito práctico que es potencialmente servido por una teoría. En palabras simples: la teoría son utilizables con fines determinados. II. Metáforas dominantes: son indispensables tanto para nuestra comprensión cotidiana del mundo social como para su comprensión teórica. Mayormente, la variante entre teorías depende del modo en que difieren sus metáforas. III. Unidades primarias de análisis : éstas ofrecen al teórico un punto de partida para la investigación. Refleja una suposición tocante a lo que es más real y por lo tanto más básico para una comprensión del tema.

6 PERSPECTIVAS TEÓRICAS - DIMENSIONES IV. La relación del individuo con la organización: existen diferentes conceptualizaciones de las organizaciones producto de las diferentes relaciones entre el individuo y estas estructuras. Las categorizaciones sobre la naturaleza de las organizaciones afectan en sus definiciones. V. El significado de la racionalidad. VI. Los valores primarios encarnados en perspectivas teóricas : refiere a las actitudes que se toman frente a los cinco puntos anteriores Cada una de estas dimensiones lleva consigo implicaciones para la forma en que una perspectiva teórica enfocará los problemas particulares, ofrecerá soluciones únicas y en general se enfrentará a la cuestión de saber cómo los sectores humanos se organizan a lo largo del tiempo para la actividad colectiva

7 LA TEORÍA DE LAS ORGANIZACIONES Y LA DISTINCIÓN ENTRE LA PÚBLICA Y LA PRIVADA. Para algunos teóricos, se ha minimizado la distinción entre público y privado, lo que se denominó teoría genérica de la organización. La visión genérica oscurece las diferencias significativas entre organizaciones públicas y organizaciones privadas. Sin embargo, las diferencias quedan más ocultas, en realidad, por la fija idea de los teóricos de encontrar, justamente, las generalizaciones que trascienden la distancia entre estos dos ámbitos dicotómicos. En parte, esto se debe a la distinción radical que hacen los teóricos genéricos entre hechos y valores. Los valores serían los apegos emocionales y no racionales. Los valores, las emociones, lo subjetivo del individuo, están fuera del ámbito de la ciencia.

8 El compromiso de los administrativistas con una ciencia libre de valores impidió a su vez toda consideración de los valores del hombre que podrían llegar a influir sobre las organizaciones públicas. Aproximadamente desde 1880 a 1940, la era ortodoxa de la administración pública estuvo firmemente arraigada a la idea de que la administración debía mantenerse separada de la política. Esta separación permitiría la elaboración de principios científicos generalizados de administración que no se contaminarían de la vulgar intrusión de la política. Ya a partir de 1940, Herbert Simon argumenta en contra de esta teoría, diciendo que los teóricos ortodoxos tenían una concepción errónea de ciencia; y consideraba pretensiosa su idea de esbozar principios científicos.

9 Sin embargo, Simon sostuvo una de las principales creencias de la era ortodoxa: se soportaba en la distinción lógica de la administración y la política. Al excluir la política de la administración, el análisis científico permitiría establecer reglas generales en las organizaciones, sean públicas o privadas. Debe destacarse que Simon se opone a los primeros principios establecidos, pero no a la posibilidad de que se descubran principios generales que su punto de vista sean correctos.

10 Mientras la teoría de Simon se expandía, también lo hacía una perspectiva encabezada por Appleby, Dahl y Waldo, quienes establecieron la distinción entre lo público y lo privado, considerando a esta diferenciación como de gran importancia al momento del estudio de la administración pública. Appleby sostuvo que “la administración pública consiste en diseñar políticas”, con esto quiere hacer notar el carácter político inherente a la administración pública, es decir, intenta legitimar la pertenencia de la administración pública al seno de la política. También intenta hacer ver la diferencia existente con la administración privada, “el gobierno es distinto de los negocios”.

11 El funcionario político eficiente, según Appleby, además de poseer cualidades de astucia política y profesionalismo, también debería guiarse por un compromiso claro con los valores democráticos y un sentido muy amplio del interés público. Dahl rebatió la opinión entonces prevaleciente de que una “ciencia de la administración” era tan posible como deseable, ya que después de todo, los problemas de valor y de hecho están casi inevitablemente mezclados en la práctica administrativa. La administración tiene que ver con la consecución de fines públicos y con su creación. La construcción de una ciencia se encuentra limitada por aspectos subjetivos al administrador que no permitirían generalizaciones. Los nuevos teóricos rara vez se sintieron obligados a negar en términos explícitos la obvias diferencias de orientaciones normativas, psicológicas y culturales o siquiera las diferencias sobresalientes entre las organizaciones públicas y privadas. En pocas palabras, la ciencia serviría para valorar lo diferente tanto como lo similar.

12 Sin embargo, las diferencias entre organizaciones públicas y privadas no figuraban en la nueva bibliografía del punto de vista genérico. Para Waldo (en 1948) esto no fue casualidad, ya que los teóricos del enfoque genérico no toman en cuenta justamente lo que le da a la administración su naturaleza “pública”, el conjunto de valores derivados de la teoría política democrática, la cual sería su esencia.

13 Los pensamientos de Appleby, Dahl y Waldo no derrotaron a la corriente genérica, pero sí impregnaron la bibliografía de esta disciplina con sus ideas. Este giro provocó que la administración pública retomara los vínculos con la ciencia política. Durante los años ’50 y ’60, la bibliografía de esta nueva corriente de pensamiento (que fue conductista y se llamó “bibliografía de la política burocrática”) no fue muy rica teóricamente. Pero a partir de los ’70, se da lo que se llama “nueva administración pública”. Ésta estimuló esfuerzos por articular los principios democráticos y otros aspectos de la teoría política. Se retomó la relación de la administración pública y la bibliografía sobre teoría organizacional, y la brecha entre público y privado alcanzó una renovada prominencia.

14 TRES CAMPOS DE LA ORGANIZACIÓN PÚBLICA. Por definición, la acción administrativa tiene lugar en un contexto organizacional, donde se dan soluciones a problemas perversos. La manera más fácil de distinguir las numerosas funciones que tiene el administrador público es agrupándolas en tres campos generales (o tres acciones generales): I.El campo inter-organizacional: el administrador actúa como representante que trata con agentes de otras organizaciones. Es decir, el administrador participa como un agente de determinada organización que se relaciona con otra. II.El campo intra-organizacional: refiere al organigrama interno de la organización, a “quién manda a quién”. El administrador ocupa un sitio en la organización y desde ese lugar trabaja con otros dentro de la misma. III.El campo de la organización frente al individuo: refiere a la interacción del administrador (nuevamente como agente) con otros individuos pertenecientes (subordinados, colaboradores, superiores) o ajenos a la organización (ciudadanos, clientes). Estos campos son imprecisos, sus líneas divisorias son siempre borrosas.