1 Diciembre, 04 de 2015 Tic tac tic tac… Las parlamentarias en su “hora cero”
2 Nerviosismo en la antesala de la “hora cero” En la medida en que se acerca la “hora cero” de las elecciones parlamentarias, crece el nerviosismo en el seno de la Mesa de la Unidad Democrática, por las complicaciones de todo tipo que podrían surgir durante y después de la jornada comicial La dirigencia política de los partidos de la plataforma opositora, junto con sus técnicos electorales, se esfuerzan en identificar anticipadamente la amplísima gama de contingencias fraudulentas que el oficialismo propiciaría, para evitar un resonante triunfo de sus rivales Aunque las encuestas le sonríen, en la MUD son conscientes de que la jefatura bolivariana no se ha rendido ante la contundencia de los estudios de opinión pública. Al contrario, sabe que los registros de preferencia electoral no inhibirían al chavismo de hacer todo cuanto sea preciso con tal de evitar un revés de grandes proporciones Para la MUD, es claro que el Estado bolivariano hará hasta lo imposible para reducir la brecha entre los polos, e incluso, si le fuere posible, para tratar de arrebatarle a la oposición la mayoría simple que hoy se le concede casi unánimemente
3 Como se sabe, algunas empresas encuestadoras llegaron a registrar distancias de hasta 30 puntos, mientras otras han ofrecido una brecha más o menos constante que rondaría entre los 15 o 20 puntos de diferencia A 48 horas de la medición, y sin que nada extraordinario haya ocurrido para intervenir y empujar un reajuste sensible de la brecha, se habla de una contracción de la abismal diferencia que los estudios venían anticipando: una que mostraría un score final a favor de la oposición, pero con 10 puntos de diferencia en votos Conforme al cotilleo que la cifra ha provocado, la correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional beneficiaría a la MUD por 8 o 10 diputados más que el PSUV: un número conservador que sería reflejo del acortamiento de la distancia y de las conocidas particularidades del sistema electoral La brecha “oficiosa”… Las agrupaciones de la alianza democrática han tomado debida nota de las matrices de opinión que sectores del PSUV se han afanado en crear a lo largo de los últimos días, en torno a la posibilidad de un resultado “más parejo” que el que han venido anunciando los muestreos En medio del suspenso, se hacen toda clase de conjeturas alrededor de los efectos de una eventual repolarización de último momento, ocasionada por la definición del segmento electoral que hasta ahora se había refugiado en el “no sabe/no responde”, y cuya escogencia estaría explicando el “reacomodo” de la brecha del que se habla oficiosamente La prohibición de la publicación de encuestas, no ha impedido que se citen extraoficialmente supuestos estudios de opinión pública que estarían sugiriendo una compactación del chavismo, en lo que puede ser una campaña deliberada para moralizar al electorado patriótico, o para “preparar” al campo democrático ante un resultado favorable a él, pero claramente menos erosivo para la revolución Es preciso recordar que, quienes dentro del chavismo han admitido siempre la pertinencia de aceptar una derrota, lo han hecho asegurando que lo que la revolución jamás aceptaría sería un resultado deshonroso: quizás allí se encuentra una justificación del inusitado estrechamiento de la brecha
4 El esfuerzo de la MUD para tener a la mano un registro de todo el abanico de irregularidades a las que deberá enfrentar el 6D, ha dado como resultado un inventario compuesto por numerosísimas modalidades fraudulentas, cuya potencialidad pudiera provocar un resultado radicalmente distinto al prefigurado por las encuestas Aún así, la MUD está confiada en que la calidad de su votación evitará cualquier hipótesis de derrota: tal posibilidad, de hecho, la cree del todo descartada, pese a que el ventajismo gubernamental sí podría terminar restándole lustre a los números finales, tanto el de los votos como el de las curules Por eso, en general —y pese a que no descarta un aluvión que se le traduzca en un triunfo aplastante sobre el gobierno— la dirigencia del campo democrático prefiere las proyecciones más conservadoras: ésas que le otorgan una modesta aunque también importante mayoría simple, integrada por un mínimo de 85 curules Dicho de otro modo: aunque entusiasmada por la factibilidad de una “avalancha” de votos castigo, la Unidad no tiene certeza plena de que conseguirá finalmente la materialización de una victoria apoteósica: aquélla que le permitiría alcanzar una mayoría especial, con al menos 101 diputados Realismo y entusiasmo contenido El hecho explica el motivo por el que, dentro de la MUD, se ha incrementado la inquietud en torno a lo que se prevé serán los muy rudos procederes a los que el oficialismo echará mano el próximo domingo, con el propósito de rebanarle votos a sus contrarios, lo mismo que sobre la capacidad real de la oposición para defender, in situ, los votos de su electorado en las zonas geográficas y en los centros de votación donde el gobierno ejerce un hasta ahora blindado control social
5 En cualquier caso, la MUD ha denunciado la mayoría de los trucos que el Psuv le interpuso en estos meses. También se ha preparado para encarar muchas de las contingencias que se ha esforzado en anticipar junto a sus técnicos electorales, pero no está segura de poder enfrentar otras tantas que pudieran aparecer, porque desconoce las “novedades” que el oficialismo traerá bajo la manga en esta oportunidad El listado de situaciones posibles que se ha hecho desde “la Unidad”, ha sido elaborado con base en las experiencias anteriores y con base, también, en otras “artimañas imaginables”: no obstante, es esperable que el chavismo apele a una escalada actualizada de complicaciones, burdas o sofisticadas, ante las cuales la oposición volvería a estar a prueba frente a un electorado que le exige “ganar y cobrar” Clausurada la campaña —y envuelta en el ajetreo organizativo para la “hora cero” de la cita— todas las consideraciones que se están haciendo se orientan hacia una misma dirección: la preocupación por el impacto que tendría sobre el electorado pro- cambio la concreción de una brecha final, tanto en votos como en curules, que no llene las muy elevadas expectativas creadas La MUD atenta ante las “novedades” fraudulentas Lo que está muy claro es que la posibilidad de que la plataforma unitaria se haga con las 3/5 partes de la Asamblea está atada a dos únicas variables A un dramático fallo de la maquinaria del PSUV, que ya se ha mostrado frágil con ocasión de las internas partidistas y de los diversos simulacros realizados en la antesala del 6D … Y al fracaso de buena parte de las variedades fraudulentas diseñadas y concebidas para impedir que el 6D cristalice una auténtica “marea azul”
6 Si la jornada arrojara una brecha radicalmente contradictoria con el estado de ánimo con que el país acude a los comicios de este domingo, o extremadamente diferente a la que los estudios de opinión han venido reflejando, ocurrirían profundos desencuentros en el seno de la MUD, donde ya en este momento hay discrepancias alrededor de la manera como la oposición debería abordar un problema de esa naturaleza No en vano, el riesgo de que la MUD se divida por esa causa, es una posibilidad que está dominando el ambiente en estas horas cruciales que anteceden a la cita comicial, toda vez que no existe un consenso pleno en torno a lo que la plataforma unitaria debería considerar un “resultado inadmisible” Los sectores que integran “la Unidad” no tienen una idea compartida de lo que sería “la línea roja” que ella necesitaría trazarse para asumir que la revolución habría ejecutado un “fraude inaceptable” Tampoco existe unidad de criterios sobre la pertinencia de una denuncia, ni sobre el tipo de actuación que una eventual vulneración de los resultados reales le impondría a la jefatura opositora Algunos creen que la más mínima manipulación de los resultados debería ser valorada como “intolerable”, en tanto que otros se inclinarían por aceptar pragmáticamente un rango de irregularidad “resistible”, siempre que éste no ponga en riesgo la mayoría simple que, con seguridad, ya se encuentra en la caja registradora de la oposición Resultados aceptables, resultados inaceptables… Pese a que un resultado “sospechoso” le generaría grandes presiones a la revolución, ésta ha demostrado no tener escrúpulos para lidiar con ellas: en especial si un “score” dudoso le creara a la oposición una muy severa crisis interna, de la cual el oficialismo sacaría tangibles e intangibles beneficios políticos
7 Para otros, en cambio, cualquier nivel de defraudación que suponga un recorte de votos y de curules obtenidos limpiamente en las urnas, debería dar lugar a un claro señalamiento público y a una decidida acción de la MUD, aunque ello imponga la activación de una ruta incierta, preñada de incertidumbres poco o nada controlables Para unos, una denuncia sólo debería formularse convincentemente en el caso de que sucediera una estafa de grandes proporciones: desde esta perspectiva, un dolo electoral “intolerable” sería aquel que abortara por completo el desencadenamiento de una enérgica dinámica de cambios en el país Denunciar o no denunciar… Si bien toda la oposición conviene en que el fraude en sus diversos rangos es del todo reprochable, no todas sus fracciones se muestran proclives a una denuncia, salvo que sucediera una estafa a gran escala No es improbable que haya en esta postura una comprensión o una reacción pragmática ante los límites que el chavismo ha sugerido, cuando advierte, a través de recaderos o de comentaristas dispersos de su “eje”, que no aceptarían un revés “deshonroso”: esas cosas ocurren en los llamados “caminos insondables de la política” y no es inoportuno advertirlo Para éstos últimos, más moderados que los primeros, la línea roja que demarcaría el fraude “tolerable” del “intolerable”, debería estar determinada por valoraciones muy objetivas sobre el modo en que éste impactaría —por su dimensión inocultable— en el ánimo de la sociedad, de las instituciones, del PSUV y de la FANB De cualquier modo, denunciar o no, tendría efectos sobre la aspiración de cambio del país, sobre su viabilidad, sobre la reputación de la oposición y sobre el estatus del poder: en modo alguno es una decisión sencilla
8 Evitar el aborto de la dinámica de cambio… No caben dudas de que un revés del gobierno traerá frustración, desmoralización y derrotismo en el campo patriótico, donde todas esas expresiones anímicas ya comienzan a hacer parte del paisaje patriótico De hecho, se sabe y ya son públicas las intensas controversias que se han iniciado dentro del PSUV, con motivo de la inminencia del revés electoral, tras la cual se espera una crisis de la que Maduro no saldría bien parado y de la que el propio partido pudiera salir escindido: algunos sectores revolucionarios incluso han asomado la posibilidad de solicitarle la renuncia a Maduro, o al menos un cambio absoluto en el seno del gobierno y en su orientación La oposición venezolana es consciente de que su victoria —incluso la más resonante— no estimulará cambios inmediatos ni automáticos en la problematizada Venezuela de hoy, pero está razonablemente convencida de que una derrota sólida de la revolución provocará una serie de efectos de liberación prolongada que, inexorablemente, debilitarán las bases populares e institucionales del sistema político nacional También se tiene conocimiento de las tensiones que hoy se viven en el TSJ y en la Fiscalía General de la República, donde la atmósfera de derrota habría comenzado a generar sutiles pero significativas señales de cambio La renuncia de un grupo de fiscales del Ministerio Público —hasta ahora comprometidos férreamente con el régimen— y el desacato de los magistrados a la orden de jubilarse anticipadamente —hecha desde Miraflores—, para facilitarle al gobierno la tarea de renovar el TSJ antes de que la oposición se haga de la mayoría parlamentaria serían, igualmente, indicios de un incipiente resquebrajamiento institucional: un quiebre que tendría sus expresiones entre segmentos de la FANB, donde se estaría digiriendo el fin del ciclo hegemónico vigente a lo largo de los últimos tres lustros Un hipotético fraude a gran escala — con el cual la revolución buscaría resellarse como un fenómeno inquebrantable e irreversible— frustraría la evolución de ese progresivo, lento, pero relevante resquebrajamiento del poder establecido, por lo que sería obligante denunciarlo con una convincente voluntad política —y con todas sus exigentes consecuencias—, pues sólo de ese modo podría elevársele el costo al gobierno y evitar que la defraudación fomente la resignación y una decepción terminal con la dirigencia opositora
9 El hecho tendría consecuencias para las elecciones regionales, en tanto que afectaría la percepción del voto como mecanismo de cambio, un hecho al que la MUD rehúye porque todo quedaría en manos de la fuerza bruta de la que no dispone Por eso en la atmósfera flota el temor general ante el riesgo de reproducir “barajitas repetidas”, sobre todo si la denuncia de fraude no pudiera ser demostrada con pruebas irrefutables, tal cual como sucedió en las presidenciales de 2013, o si ella empujara a la oposición hacia un camino sin norte ni destino cierto Toda decisión produce consecuencias La eventual denuncia de una defraudación “grande e inaceptable” por parte de la MUD, se haría para ponerse en sintonía con el malestar popular que, con certeza, se incrementaría tras unos comicios que, en ese escenario, habrían sido inútiles como mecanismo para canalizar el descontento y la insatisfacción del país La mayoría dentro de la MUD es plenamente consciente de las sofisticaciones del ingrediente fraudulento del sistema electoral, y también es consciente de las consecuencias perniciosas de una acusación que, al no ser probada —lo que es probable—, acabaría desprestigiando rudamente la reputación de la dirigencia democrática, tanto de cara a los públicos domésticos, como de cara a la comunidad internacional Otros sectores, sin embargo, advierten que no denunciar cualquier resultado distante de la intensidad del actual malestar popular, bajo el argumento de la ausencia de pruebas, sería interpretado por la sociedad como un acto de titubeo rayano en la traición: si tal cosa sucediera, según se advierte, los venezolanos se sumergirían en una peligrosa espiral de desengaño, que bien pudiera tomar el camino de la resignación o la entrega, cuando no de una furia incontenible tras la cual pudiera sobrevenir un peligroso “que se vayan todos”: un vacío favorable a aventuras de peligroso calado, o a la radicalización del “proceso”, que no tardará en sacar provecho de las circunstancias
10 La unidad bajo riesgo… Por eso, el dilema de denunciar o no un resultado extremadamente distinto al que las encuestas han advertido, está vulnerando la tranquilidad de los pateaderos de la MUD, donde se teme a las iniciativas individualistas de grupos autonomizados de la “Unidad”, que pudieran actuar por su cuenta, al margen y a espaldas de la MUD En conclusión: dos posturas rivalizan; la de quienes piensan que todo fraude (pequeño o grande) debe ser denunciado, y la de quienes están convencidos de que sólo debe ser denunciable un fraude a gran escala; uno que, en efecto, paralice irremediablemente la energía de cambio que hoy está removiendo el ánimo del país y sus instituciones La discrepancia—que no ha sido resulta aún, pese a que sólo restan 48 horas para la celebración de las elecciones—, pudiera plantear un potencial conflicto en puertas: un aprieto que podría desmantelar a “la Unidad” tan pronto como se conozcan los resultados, minando así toda la legitimidad que la oposición se ha ganado en este difícil trayecto político Y es que, una denuncia autónoma, que no sea el producto de una decidida acción unitaria, difícilmente animará el acompañamiento social convincente del que depende su éxito y, con certeza, estimulará el debilitamiento de la oposición, que entonces podría ser desahuciada como instrumento para el cambio, para abrir paso a otro ciclo de frustración Por lo pronto, las horas transcurren y va llegando el momento definir parámetros y criterios unitarios frente a cada hipótesis y a cada eventualidad que intente ensayar el “proceso” revolucionario ante el veredicto popular… tic, tac, tic, tac…
11 Los rangos son importantes… Por lo pronto, las horas transcurren y se agota el tiempo para definir los parámetros y criterios unitarios con los cuales se encararía cada hipótesis y cada eventualidad que intente ensayar el “proceso” con el propósito de desnaturalizar el veredicto popular… ¿Cuál brecha es la aceptable? ¿Cuál brecha sería intolerable? ¿Cuál es el tamaño admisible de la nueva fracción parlamentaria opositora? ¿Cuál tamaño sería inadmisible”? ¿Cuántas curules alcanzadas definirían una victoria modesta? ¿Cuántos cuántas curules alcanzadas definirían un triunfo aplastante? ¿Cuántos votos totalizados configuran en verdad la nueva realidad? ¿Una votación similar a la que Capriles obtuvo ante Chávez en 2013 — 7.591.304, con 80.6% de participación—? ¿Una semejante a la que Capriles obtuvo ante Maduro en 2014 —7.363.264, con 79.6% de participación—? ¿Una votación superior, armónica con el arrollador malestar social de la actualidad?
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