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2 DOMINGO 5º de CUARESMA Jn. 12, 23-26 “Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto”.
3 La hierba verde hace presagiar las espigas doradas. El molino y la harina. El horno y el pan. La mesa y el convite. El grano de trigo se nos ofrece multiplicado en el fruto al que ha dado origen.
4 Ya en tiempos de Jesús los rabinos empleaban la imagen del grano de trigo para referirse a la resurrección de los muertos.
5 Si el grano se deposita desnudo en el seno de la tierra y vuelve a surgir revestido de nuevas vestiduras, con más razón se levantarán de nuevo los justos, que han sido sepultados con el vestido de su fe y sus buenas obras.
6 Este quinto domingo de cuaresma, el Maestro proclama que ha llegado su hora y se atribuye a sí mismo esta imagen del grano de trigo. Jesús entrega su vida para que abunde la vida en el mundo.
7 “El que quiera servirme que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará”.
8 El servicio a Jesús no se reduce a prepararle alimento o vestido. Según San Agustín: “ Sirven a Cristo los que no buscan sus propios intereses, sino los de Jesucristo”.
9 Sigue al Señor quien lo imita en la generosidad y aun en la entrega de la propia vida. “ Si da pan al pobre, debe hacerlo por caridad, no por jactancia” ( S. Agustín.)
10 Y el premio será necesariamente participar de su gloria. Escribe el santo: “Amémosle desinteresadamente para que el premio de ese servicio sea estar con Él”.
11 El evangelio concluye de forma misteriosa: “Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”. ¿Cómo ignorar esta profecía de Jesús?
12 Él es el elevado sobre la tierra. Pero el levantado sobre la tierra es también el resucitado. Y el glorificado en lo alto de los cielos.
13 Esa fe es la fuente de la vida para todos los que vuelven sus ojos a Jesucristo. Nada tienen que perder los que orientan a El su mirada con esperanza confiada.
14 Señor Jesús, grano de trigo entregado por nosotros, a quien vamos siguiendo por el camino, ayúdanos a servirte, sirviendo a nuestros hermanos, para que gocemos por siempre de tu compañía. Amén.
15 Edit. Secretariado Trinitario. Salamanca 2007