El siglo XIX se caracteriza por sus fuertes cambios. Anunciados y gestados en el pasado pero que se efectuarían, de hecho, en el siglo. Cambios en todos.

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Author: María Carmen Castellanos Marín
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2 El siglo XIX se caracteriza por sus fuertes cambios. Anunciados y gestados en el pasado pero que se efectuarían, de hecho, en el siglo. Cambios en todos los ámbitos de la vida. Revoluciones de todas las índoles. Surgirían los principios de la mayor parte de las corrientes de pensamiento contemporáneas, como el Positivismo, Idealismo Absoluto, el Materialismo Dialéctico y el Nacionalismo. Por ende, todos estos cambios tendrían que influir en el arte

3 El Parnasianismo fue un movimiento literario francés de la segunda mitad del siglo XIX (1866); creado como reacción contra el Romanticismo. El Parnasianismo surge como una antítesis del Romanticismo y esta oposición tiene como causa lo que los parnasianos consideraban sus “excesos”, exceso de subjetivismo, exceso de sentimiento, etc.

4 Poesía impersonal, meditada y plástica Motivos clásicos Culto a la belleza y al arte Buscaban la trascendencia de sus obras Alejados de la realidad.

5 Leconte de Lesli (1894)– Poemas antiguos, Poemas bárbaros, Cuentos en prosa, Historia de la Edad Media, traducción de las obras de Sófocles, Eurípides y Esquilo. Theophile Gautier (1871)– La muerta enamorada, Viajes por España, Constantinopla, Viaje a Rusia. Theodore de Banville (1891)– Las cariátides, Gringoire, Odas funambulescas. Sully Prodhomme (1907)– Estancias y poemas, La felicidad, Testamento poético, La Justicia. Antonio de Zayas (1945)– Joyeles Bizantinos y Retratos antiguos, Epinicios y ensayos de crítica literaria. José María de Heredia (1905)– Los trofeos, tradujo la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo.

6 El baño Circundada de rosas y alelíes, la fuente, En la argentada lengua del cristalino caño A las hembras arrulla que, descansando el baño, En cendales envueltas dormitan dulcemente. Sus penachos tremolan pebeteros armenios Que la esencia diluyen en un vapor de horno Mientras alguna virgen dibuja su contorno Entre tules, y vuelan de deleite los genios. Con guantes de camello van las esclavas nubias Acariciando bajo trenzas negras o rubias Esculturales torsos de bronce o de alabastro ; Se oyen los vagos sones de un laúd pensativo Y es tan grande el contagio del reposo lascivo Que del día parece adormecer el astro. Antonio de Zayas

7 Por subrayar, glorioso, de tu frente la albura el Japón dio a tus ojos su más límpido añil; la porcelana blanca no tiene la blancura de tu cuello tan suave como terso marfil. En tu rostro sedátil suave lampo fulgura; es tu voz como el eco de las auras de abril, y cuando te levantas, sonriendo, en mi negrura eres luna de nácar que me alumbra sutil. Hay núbiles anhelos en tu mirar de raso; tu boca tiene púrpura de nubes en ocaso y es tu nariz risueña la de gentil musmé. Pareces una frágil sombrilla japonesa y cerca de ti aspiro, mi lánguida princesa, algo tan dulce y raro como el olor del té. Theophile Gautier

8 Vuelan como jugando las gaviotas; y los blancos corceles de la mar, encabritados sobre el oleaje, sus despeinadas crines dan al aire. Cae la tarde y una fina lluvia apaga las hogueras de la noche; a su paso el vapor escupe hollín y abate su penacho largo y negro. Más pálido que el cielo sin color, me dirijo a la tierra del carbón, donde reinan la niebla y el suicidio; -Hace un tiempo ideal para matarse. Siento ahogarse mis ávidos deseos en el abismo amargo que blanquea; se arremolina el agua, danza el barco, el viento cada vez se hace más fresco.

9 ¡Está tan dolorida el alma mía! El océano se hincha, suspirando, y su desesperado pecho me parece como un amigo fiel que me comprende. ¡Penas de amor perdidas, adelante, esperanzas truncadas, ilusiones apeadas de alturas ideales, podéis saltar hasta los surcos húmedos! ¡Id al mar, sufrimientos del pasado que volvéis nuevamente para hurgar en vuestras cicatrices mal cerradas intentando otra vez que lloren sangre! Id al mar los fantasmas de mis sueños, congojas de mortales palideces en este corazón con siete espadas como lleva la Madre dolorosa. Cada fantasma se sumerge y lucha durante unos momentos con el agua que lo cubre al final de su voluta y lo engulle lanzando un gran sollozo. ¡Oh, pesado equipaje, lastre de alma, tesoros miserables y queridos hundíos y después de este naufragio yo mismo os seguiré al fondo del mar!

10 Lea detenidamente el poema. Extraer el vocabulario. Analice las 10 estrofas del poema por separado y ubíquelas en un organizador gráfico Identifique el sentimiento total del poema. De su opinión personal del poema.

11 poema Estrofa 1Estrofa 2Estrofa 3Estrofa 4Estrofa 5 Sentimiento total