1 Enrique Bernárdez [email protected]
2 Desde el siglo XIV, Islandia formó parte del reino de Dinamarca. El 1 de diciembre de 1918 se convirtió en estado soberano, unido a la monarquía danesa por la persona de rey y ya no como provincia o colonia. La defensa, las relaciones exteriores y buena parte de la economía siguieron dependiendo de Dinamarca, pero los islandeses tenían bandera, parlamento, himno, y se expresaban en islandés en todos los terrenos de la vida. El 9 de abril de 1940, los alemanes ocuparon Dinamarca en una guerra que duró de las 4.15 a las 8.00 de la mañana. El 10 de mayo, los británicos invadieron Islandia para evitar una esperada invasión alemana. Naturalmente, no hubo resistencia El 17 de junio de 1944 Islandia se separó definitivamente de Dinamarca, convirtiéndose en república independiente. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
3 Los británicos instalaron cuarteles y fortificaciones en muchos puntos del país, así como el primer aeródromo de la isla (actualmente, Aeropuerto Municipal de Reikiavik, usado para vuelos interiores). En julio, por un acuerdo entre el Reino Unido y los EEUU, las tropas británicas (25.000 hombres) fueron sustituidas por fuerzas norteamericanas (que permanecieron en el país hasta 2006). Llegó a haber 50.000 militares USA durante 1942 y 1943, para una población islandesa de 130.000 personas (lo que quiere decir que superaban en número a los varones jóvenes islandeses). C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
4 Islandia como tal no participó en la II GM, aunque su territorio fue esencial para la guerra en el Atlántico Norte, como lugar de concentración de naves para los grandes convoyes a la URSS, centro de operaciones de la aviación encargada de defenderlos y de proteger las costas contra agresiones alemanas. Algunos islandeses, a título individual, sí que combatieron. Destacaré solamente al teniente Thorsteinn Elton Jónsson (propiamente Þorsteinn Jónsson), que llegó a as de la caza con la RAF, con 8 aviones alemanes derribados. Hubo también algunos islandeses que simpatizaban con el nazismo y se unieron a las fuerzas germano-danesas, aunque no consta su participación en combate. Otros islandeses se situaron, intelectualmente, como defensores activos de uno u otro lado. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
5 La población “real” aumentó en más de un tercio por la presencia de militares extranjeros. Islandia pasó de ser un país pobre y agrícola a un estado moderno: se construyeron carreteras y aeródromos. se tendieron líneas telefónicas, se extendió el uso de la electricidad, crecieron las ciudades, los productos importados se generalizaron, y sobre todo las relaciones humanas se vieron totalmente trastocadas. Las mujeres, por primera vez, trabajaban fuera del hogar y ganaban dinero propio - se relacionaban con hombres distintos al tradicional campesino islandés Los hombres encontraron multitud de trabajos nuevos, lo que fue llevando al abandono de muchas granjas en favor del trabajo urbano. La situación continuó y la influencia aumentó en la posguerra, con la Guerra Fría C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
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7 Algunas obras esenciales, como Estación atómica (1948), de Halldór Laxness, tienen el tema de la influencia extranjera (USA) en Islandia como eje central Detalles de la ocupación y su influencia en las formas de vida aparecen por todas partes en obras literarias escritas durante la guerra, o que tratan temas de la guerra o la posguerra, incluyendo la Guerra Fría: El hombre del lago (2004), de Arnaldur Indriðason, refleja las complejas relaciones entre Islandia y la URSS, espionaje incluido. El mismo Arnaldur Indriðason escribió en 2001 una novela que en España se tituló La mujer de verde, que utiliza el trasfondo de la guerra y la ocupación para una tragedia personal y de violencia de género: nada sería comprensible en este libro si no existieran las fuerzas americanas, las bases, los cañones, las nuevas relaciones humanas (incluyendo el trapicheo y el contrabando), en un mundo que en el fondo seguía siendo “el de siempre”. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
8 Dos aspectos de la guerra: el interno a Islandia y el externo, los islandeses que vivían en Dinamarca y colaboraban más o menos gustosamente con el régimen ocupante nazi. La mujer a 1000º, de Hallgrímur Helgason, aparecida en islandés en 2011, y en español dos años después (Ed. Lumen). Þrír sneru aftur (“Volvieron tres”) de Guðbergur Bergsson, publicada en 2014 y aún no traducida. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
9 El libro recoge, (en forma nada lineal) buena parte de la vida de una mujer que, al final de su vida, vive en un garaje acompañada de un ordenador. Nieta del primer presidente de Islandia, es hija de un islandés que colaboró con los nazis durante la guerra. Ella se encontraba a caballo entre Dinamarca y Alemania al estallar esta y llega un momento en que se pierde, cuando su padre marcha al frente ruso con las tropas nazis, y tiene que vivir el resto del conflicto sola, buscándose la vida en unos sitios y otros hasta que cae en manos de quienes la obligan a prostituirse; y entre los soldados soviéticos a los que “sirve” habrá alguien que trastocará por completo el resto de su vida. La historia está basada en personas reales, bien conocidas en Islandia, aunque su ficcionalización les hace realizar cosas que nunca tuvieron lugar (por ejemplo, el padre “real” fue colaboracionista en la radio alemana de Dinamarca, pero nunca combatió en primera línea). C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
10 El eje es el extrañamiento, la pérdida del lugar de origen. Esa pérdida llevará a Herra de un lugar a otro del mundo, siempre en situaciones penosas, que le producen gran quebranto y dolor. Parece lógico, entonces, que al final, sola y enferma, su “hogar” sea un garaje alquilado y su vida una serie de personalidades diferentes creadas a través de internet. En cierto modo, es lo que sucedió a Islandia: desaparecida con la guerra su tradicional aislamiento, transformada por unos y otros, pero con la aquiescencia entusiástica de tantos islandeses, se convierte en una parte más del mundo pero, como los escritores islandeses gustan de repetir una y otra vez, es a costa del desarraigo, de las raíces, la vida falsamente cosmopolita en un pueblo insular que habita el último extremo del mundo. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
11 Herra no es culpable ni responsable de lo que le sucede. Se limita a vivir de una u otra forma, en un sitio y otro. Cuando las cosas van bien acabarán por torcerse de las formas más trágicas. Pero antes de la guerra, en Dinamarca y Alemania (Copenhague-Lübeck), con su madre, su padre y sus abuelos, todo parece hermoso. Con la guerra, su madre consigue ser repatriada a Islandia antes de la ocupación alemana, su abuelo tendrá la dura misión de anunciar al rey danés la ruptura total de Islandia con Dinamarca. Ni siquiera la antigua sumisión quedará en pie. Pero también otros personajes islandeses se ven arrojados de acá para allá, son como marionetas de las potencias -igual que Islandia misma. La diferencia es el hecho transformador que sucede en la vida más personal e íntima de Herra, del que otros se libran la novela no es un relato histórico, sino un relato personal C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
12 Esta es la visión que los islandeses tienen de la II GM. El fin de la “Islandia de siempre”, la pérdida incluso de la soberanía total alcanzada en 1944. Y no les falta razón: EEUU deseaba que Islandia se incorporase en la OTAN. Como el Parlamento rechazó la adhesión, una maniobra con el gobierno de entonces hizo que el país entrase en la Alianza. No importaba la carencia de ejército, sería la OTAN, y sobre todo EEUU, quien utilizaría el territorio islandés para sus bases y operaciones, abiertas o clandestinas. Islandia no se puede defender, igual que el padre de Herra se une a la Alemania nazi… Esta visión aparece por todas partes en la literatura islandesa contemporánea, en forma más o menos manifiesta. No volverá a ver una conmoción tan grande hasta la crisis económica de 2008, que también se refleja constantemente en la prosa actual, con sentimientos parecidos a los que encontramos en la reacción ante la IIGM. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
13 La novela entera se desarrolla, excepto en momentos puntuales, en una granja aislada, relativamente próxima a un pueblo innombrado de la costa del sur de Islandia. Comienza antes de la II Guerra Mundial y continúa hasta, probablemente, nuestros días, aunque no se nos dan fechas. Como es habitual en Bergsson, no hay personajes con nombre propio; se identifican solamente por su característica como “nombres comunes”: el anciano matrimonio, las hijas (ausentes casi toda la novela), las hijas de estas, niñas de unos doce años al empezar el relato, llamadas “las chicas”; “el chico”, uno o dos años menor que ellas, único personaje que se mantendrá hasta el final; “el hijo” (de los ancianos), padre del chico. Y un pequeño número de personajes secundarios. Además, como una especie de “núcleo exterior” tenemos extranjeros, sobre todo dos intelectuales ingleses, que sí tienen nombre propio (Martin y Sheldon), enamorados de la desaparecida Islandia medieval, y un alemán nacionalizado islandés, sin nombre propio (¿porque ahora es islandés?) al que se denomina “El alemán”, que se instala a vivir en una cueva cercana. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
14 Llega la guerra y, con ella, las tropas británicas (entre las que se encuentran Martin y Sheldon) que desaparecerán sustituidas por el ejército norteamericano. En esta época se produce una alteración radical de la vida en la granja, la aldea e Islandia, que afectará a todos y a sus formas de vida; en el caso de las mujeres jóvenes, sobre todo porque se relacionan con militares estadounidenses, trabajan en profesiones nuevas para las mujeres islandesas y algunas viajan para instalarse en EEUU. Tras la guerra, la vida continúa alterada e incluso se producen más cambios, como que el chico se vaya de la región, aunque más tarde regresará, la muerte de los ancianos, etcétera. Al final, cuando solo quedan en la granja el chico y su mujer, vuelven los tres extranjeros: Martin, Sheldon y El alemán. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
15 A lo largo de todo este proceso hay unos elementos esenciales relacionados con la literatura (como siempre en Bergsson): la anciana quiere enseñar a las nietas, primas entre sí, lo que deberían aprender en el colegio al que no asisten. Además, durante mucho tiempo, a lo largo de la guerra, el hijo (que es padre del chico) lee a éste trozos de un libro titulado Volvieron tres, que cuenta un naufragio sucedido en la guerra, cuyos supervivientes van muriendo hasta quedar solo tres, uno de los cuales es el autor del libro. Solo “Probablemente”, porque nunca lee el final, y cuando el chico encuentra el libro, muchos años después, faltan precisamente las últimas páginas. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
16 Me importa un pito, dijo el chico, y se sintió invadido por el cansancio. Se alejó de la mujer y fue a la habitación del norte, se tumbó en el viejo diván y se durmió. Al despertar tardó en darse cuenta de dónde se encontraba. El tiempo y el entorno parecían habérsele escapado, pero sintió que algo había sucedido y miró debajo de sí, vio la mancha húmeda y comprendió lo que le había sucedido, y rio como un tonto. (Se ha orinado en el diván, el mismo diván de la misma habitación donde su abuelo se orinaba todas las noches muchos años antes: la vida, la historia, regresa a sus orígenes) C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
17 Las tres fases del relato se corresponden con las fases de la vida personal: niñez – juventud – madurez, pero también con las fases de la historia de Islandia en el siglo XX: sociedad tradicional agrícola – caos por la llegada masiva de militares extranjeros – Islandia actual. Corresponden también a tres planteamientos del tiempo: lento desarrollo en la infancia, aceleración desconcertada en la guerra, rapidez absoluta en la posguerra. La novela se convierte en una “historia” de la vida del ser humano a la vez que la “historia” de Islandia durante el siglo XX. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
18 Un detalle que encontramos también en otros muchos relatos que incorporan la ocupación de la isla, es la diferencia entre la primera fase, con los británicos, y la posterior con el ejército estadounidense. Para los islandeses, la breve ocupación británica no afectó negativamente al país. En Volvieron tres, la presencia del ejército británico es suave, sensación acrecentada por la presencia de personas que ya habían estado en el país y que amaban su literatura medieval y su antigua cultura. Es con la ocupación estadounidense cuando se trastoca todo. Las chicas jóvenes empiezan a trabajar para los nuevos ocupantes, establecen relaciones con ellos, incluso se transforman en “americanas” en su forma de vestir, de peinarse, incluso de vivir. Los hombres trabajan para los ocupantes y sus vidas se transforman, con el abandono radical y repentino de las antiguas costumbres y la entrada en un mundo laboral de ética (o mejor: falta de ética) desconocida en Islandia hasta entonces. Los americanos están por todas partes, se les encuentra en todas las actividades. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
19 Los tres que llegaron antes de la guerra se dedicaban a la cultura -a la Islandia medieval- los dos ingleses; a la introducción de infraestructuras nuevas, el alemán, que además vivirá sin interferir con nadie, poniéndose en un segundo lugar frente a los islandeses de la granja -igual que, de otra forma, lo hacen los dos ingleses. La relación con los ingleses continuará durante la guerra y después de esta, con cartas (que ellos escriben en islandés antiguo) y con un reencuentro feliz. En cambio, no hay ningún equivalente amable, positivo, entre los americanos, prepotentes, dedicados a imponer a los islandeses sus propias formas de vida. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
20 Un detalle importante en la novela de Bergsson: la novela empieza hablando de dos primas, las “chicas”, que son el eje de los primeros capítulos. Todo parece indicar que serán las protagonistas del relato entero. Pero las cosas cambiarán de forma radical con la ocupación estadounidense: las primas pasarán al circuito de “chicas de americanos” y acabarán desapareciendo de la granja y de la novela. El chico, en cambio, subordinado a ellas al principio, se transformará en eje absoluto del relato; él aprovecha las novedades, pero sigue en la granja, continúa la vida islandesa de siempre aunque alterada por mejoras como la electricidad, el teléfono, etc. C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016
21 En conjunto, los islandeses no tienen un mal recuerdo de la IIGM. No añoran la vida campesina de aislamiento y pobreza atroz Fue una crisis, en el sentido pleno de la palabra C. I. Reflejos de la Guerra. UCM, 17-20/5/2016