Los 7 requisitos esenciales De ‘Abdú’l-Bahá LA CONSULTA Del libro La Consulta, por John E. Kolstoe El Lecho de Roca del Orden Mundial Hacer click para.

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Author: Óscar Peralta Soler
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2 Los 7 requisitos esenciales De ‘Abdú’l-Bahá LA CONSULTA Del libro La Consulta, por John E. Kolstoe El Lecho de Roca del Orden Mundial Hacer click para avanzar

3 “En relación a la Consulta, si bien no hay nadie que haya alcanzado la perfección de estas siete cualidades, reconforta saber que ‘si por gracia recibieran ayuda para adquirir estos atributos, la victoria les será conferida desde el Reino Invisible de Bahá’ ”

4 1-Pureza de Intención: La intención se define como un “impulso interior, motivo,...que hace que una persona haga algo”. La pureza se define como “un estado libre de elementos corruptos; claridad; sin mezcla”. Por el lado negativo están: intenciones ocultas, emociones múltiples y mezcladas e implicaciones del yo, éstas tienen que ser eliminadas. Los componentes positivos incluyen la unicidad del propósito y el esfuerzo por complacer a Bahá’u’lláh.

5 2.- Refulgencia de espíritu: La refulgencia se define como mostrar placer, amor y bienestar; emitir rayos de luz; brillar”. Por el lado negativo significa desprenderse de una actitud pesimista o negativa. La felicidad se debe irradiar y compartir generosamente. La refulgencia implica una sensibilidad hacia los demás, mostrando un interés genuino por sus peocupaciones, placer por sus triunfos y éxitos. Es un entusiasmo por la vida. Generalmente lo importante en la consulta no es cuánto sabe uno, sino cuánto interés pone. Para una consulta eficaz, es necesario cultivar la habilidad de encontrar, alimentar y compartir la felicidad.

6 3.- Desprendimiento de todo salvo de Dios: Estar desprendido significa “no estar involucrado emocionalmente; imparcial”. No significa indiferencia. Significa poner de lado la preferencia personal y las ataduras y cultivar la cualidad de la objetividad.

7 4.- Atracción hacia las fragancias Divinas: Las fragancias divinas se encuentran en todas las actividades donde existe amor hacia Dios. La atracción hacia esas fragancias implica una viva curiosidad e interés por todo lo relacionado con lo divino. Implica además no estar atraído por aquellas cosas que apelan a la naturaleza inferior del hombre. Los que toman consejo juntos deben informarse, emocionarse y dar un apoyo entusiasta a todos los proyectos bahá’ís y no sólo a los que le atañen personalmente. ‘Abdú’l-Bahá subrayó este principio en la introducción a una oración para las reuniones de Asamblea Espiritual, al decir: “Reuníos en pura alegría...”Afortunadamente, con un poco de esfuerzo, cualquiera puede desarrollar esa atracción.

8 5.- Humildad y modestia entre sus amados: En la consulta bahá’í, nadie intenta exhaltarse por encima de otro. Una actitud orgullosa y presuntuosa es un elemento negativo que hay que eliminar. Socaba la base misma de este precioso Don. Considerarse a sí mismo como inferior y a los demás como superiores es una protección contra la vanagloria y permite que todas las contribuciones sean aceptadas por sus propios méritos. Por otra parte, en el mundo de hoy se confunde humildad con debilidad o timidez. En realidad hay una distinción clara entre ellas....

9 ... la humildad no es algo por lo que pueda uno esforzarse ni alcanzarlo. Más bien se desarrolla a medida que uno se deja absorber por los atributos divinos tales como el servicio a la Causa y a los semejantes. Este servicio en realidad es amor traducido al trabajo. La verdadera humildad se encuentra en el desarrollo y en el uso del talento, las capacidades y los recursos necesarios para el servicio de la Causa de Bahá’u’lláh. Entonces es posible tener confianza en Dios y hacer con energía lo mejor que se pueda por la Causa, sin sentirse cohibido...

10 ... a todo el que pierda de vista la verdadera humildad le espera un arma de doble filo: El temor y la inseguridad por un lado y el orgullo y la falsa modestia por otro. Para mantener el equilibrio se requiere la forma más elevada de fortaleza, la confianza y seguridad en la relación con Dios. La humildad consiste en brindar sin cansancio todos los talentos y energías propios en el sendero de Dios.

11 6.- Paciencia y resignación en las dificultades: Las dificultades constituyen una parte ineludible de la vida. El problema es como enfrentarse a ellas. ‘Abdúl-Bahá recomienda paciencia, que no hay que confundir con inacción o pasividad. Por el contrario, implica un buen talante en condiciones de tensión: calma mientras se decide qué hacer o no hacer. Significa no engañarse con soluciones rápidas y fáciles. La paciencia exige resistencia y perseverancia tranquilas mientras se esperan los resultados...

12 ... implica conservar el autocontrol y la perspectiva; persistencia y diligencia; y por encima de todo, no sucumbir al lamento y a la irritación, a pesar de cualquier frustración que aparezca. La resignación es “soportar daños, insultos y molestias”. Si bien se hace todo lo razonable por eliminar el origen de las dificultades, hay que reconocer que algunos problemas notienen ninguna buena solución: sencillamente se tienen que soportar. Algunos problemas no resueltos son esenciales para nuestro crecimiento.

13 7.-Servicio a Su exhaltado Umbral: Un significado de la servidumbre es “estar sometido a un maestro”. Todos estamos sometidos a diversas exigencias. Pero podemos seleccionar a nuestro maestro entre los elementos inferiores de la vida o seguir una llamada superior. ‘Abdú’l-Bahá nos llama amorosamente a someternos a nuestro verdadero Maestro, el Creador. La ironía es que la libertad sólo se alcanza mediante esta servidumbre completa. El pueblo de Bahá se distingue entonces por estar libre de ambiciones y deseos, de impulsos animales, pasiones y codicia, de una búsqueda del placer mítico o de la autogratificación”

14 “La marcha progresiva de la Fe hacia la victoria, continúa sin cesar. A través de la Consulta este proceso está impulsando a la humanidad cada vez más cerca del cumplimiento de lo prometido por Cristo: “Venga Tu Reino. Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Mat. 6:10 La Consulta, por John E. Kolstoe