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3 Oigo tu lamento de que no sabes cómo hablar a Dios, que no sabes qué decirle.
4 También a mí me sucedía lo mismo, hasta que vinieron en mi ayuda los seres del mundo y ellos comenzaron a hablar por mí.
5 La estrella, la rosa, las olas del mar, la luna silenciosa... saben decir lo que yo callo.
6 El viento y las montañas, las hormigas, las violetas... saben cantar lo que yo no sé.
7 ¡Qué bien lo hacen! Su música es armoniosa y clara. Sus palabras son más elocuentes que las mías.
8 Cuando no sepas cómo expresar tu amor a Dios, puedes hablar así: Lago transparente, ¡canta tú lo que yo no sé decir!.