Para el cristiano la Resurrección de Jesús es la base de su Fe, pero ¿qué significa la Resurrección de Jesús para nosotros? ¿es posible comprenderla e.

1 Para el cristiano la Resurrección de Jesús es la base d...
Author: Montserrat Calderón Rivas
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1 Para el cristiano la Resurrección de Jesús es la base de su Fe, pero ¿qué significa la Resurrección de Jesús para nosotros? ¿es posible comprenderla e interpretarla?

2 Interpretación teológica: PARA SALVARNOS DEL PECADO (pero la muerte en cruz no es necesaria ni querida por Dios). Nos salva el amor y no el dolor. Interpretación histórica: MUERE COMO CONSECUENCIA DE SU VIDA. Las tres causas de su condena: -oposición a la LEY -oposición al TEMPLO -opción por los MARGINADOS El doble proceso: proceso religioso judío y proceso político romano

3 Otras religiones del entorno judío, que hablan de la resurrección: -Todo el mundo de los “misterios”, sean de orígen griego como los de Eleusis, Orfeo, Dionisos; sean de orígen oriental, como los de Adonis, Mitra, Cibeles, Isis, Osiris… todos aluden de algún modo al misterioso destino de la vida y de la muerte y hay una cierta afinidad y un innegable interflujo entre ellos y el cristianismo: -Zoroastro en el “Avesta” (mitología irania) también habla de resurrección después de la muerte, como reunión de los huesos dispersos y su revivificación. -Apolonio de Tiana (siglo II d.C.), cuenta Filóstrato que profetizó a su discípluo Damis dónde se le aparecería después de muerto.

4 No interesa entrar en la discusión de estos relatos claramente legendarios, importa ver la presencia ambiental de una mentalidad capaz de producir, leer y aceptar este tipo de relatos, que hace patente el marco comprensivo en el que se inscriben los relatos evangélicos. Más aún el judaísmo tardío, en el que se impone la convicción de que los hombres matan pero Dios “rescata” o devuelve a la vida, como el caso de los mártires macabeos: “seguros de que en Dios no mueren, como viven en Dios Abrahán, Isaac, Jacob” (4 Mac 7, 19), o el caso de Juan Bautista (Mc 6, 14-16)

5 Resurrección e inmortalidad: La resurrección pertenece al marco religioso común de todas las religiones de la humanidad, como es la idea de inmortalidad. En Jesús se nos ha revelado en plenitud lo que ya se había que Dios resucita ya, sin esperar a un fin del mundo y resucita plenamente, es decir, en íntegra identidad personal (que ni es sólo el alma ni está a la espera de ser completada con el cuerpo rescatado de su estado de cadáver). Esto es una concreción de la verdad común y aportación del cristianismo para el diálogo de las religiones, y lo aporta para la búsqueda común de la humanidad. revelado a su modo en las demás religiones:

6 “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”: La soledad de Jesús, es abandonado por sus amigos, muere fuera la ciudad, Dios no responde. Es el fracaso de la cruz, de la muerte A pesar de todo la fe contra toda esperanza: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” “Al tercer día resucitó”: se trata de un género literario que quiere expresar la intervención de Dios y no de tres días cronológicos. Las APARICIONES del Resucitado: Los discípulos no esperan nada y se van (Emaús). No resucita la fe de los apóstoles sino que La presencia de Jesús Resucitado se les impone (ophté) Las APARICIONES del Resucitado: Los discípulos no esperan nada y se van (Emaús). No resucita la fe de los apóstoles sino que La presencia de Jesús Resucitado se les impone (ophté)

7 1.- LAS APARICIONES DEL RESUCITADO: los relatos

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9 -Las apariciones no son percepciones sensibles del cuerpo resucitado de Jesús, que al pertenecer a otra dimensión no empírica no puede ser visto con los sentidos corporales. La fe no depende de la objetividad y realismo empírico de una realidad trascendente DESDE NUESTRA EPISTEMOLOGÍA CABE DECIR QUE LA EXPERIENCIA PUEDE SER REAL SIN SER EMPÍRICA : a Dios se le “puede ver en medio del mundo” (belleza y orden del universo, injusticia irreparable de las víctimas…)porque contando con Dios se comprende estas experiencias con más presunción de verdad. La epistemología (del griego ἐ πιστήμη (Epistéme= conocimiento", y λόγος (logos), "teoría") es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el CONOCIMIENTO CIENTIFICO)

10 -Lo “visto y oído” que aparece en los relatos literarios son experiencias místicas, que les sirven para expresar su vivencia trascendente. Experiencias como la desgracia del justo o el martirio de los fieles sólo se pueden comprender contando con la resurrección. Dios había resucitado a Jesús, el cual estaba vivo y presente de una manera nueva y trascendente. Manera no empírica pero más real: presencia del Glorificado y Exaltado. Este es el “realismo de la fe” –creemos porque hemos “visto” Jn 4, 42 y “oído” Rom 10,17-, afirmar la fe porque la propia y entera vida se siente interpretada, interpelada, comprometida y salvada por eso que se cree.

11 Hablar de una visión del Resucitado tomando las palabras literalmente carece de sentido. No se pueden pedir pruebas empíricas para demostrar una realidad trascendente. Desde que se abandonaron las concepciones “literales”, todos los esfuerzos de comprensión van dirigidos a mostrar que en las apariciones del Resucitado no se trata de visiones físicas normales, sino de algún tipo de experiencia singular. De ahí que se acuda a expresiones aproximativas, hablando, por ejemplo, de “elementos visuales” o de “fenómenos auditivos” o de “sensaciones luminosas”.

12 Los apóstoles no saben cómo expresar su experiencia y le llaman: consumación, exaltación, resurrección, pasar al Padre, triunfo definitivo, glorificación. Al final triunfó el término resurrección que no expresa del todo bien la experiencia ya que sugiere la revivificación de un cadáver. Tres características de los relatos de apariciones: 1.- INICIATIVA: que siempre es de Jesús que se aparece, utilizan el verbo “opthe”, que traducimos como “se deja ver”. La iniciativa no es de los apóstoles. 2.- RECONOCIMIENTO: lo reconocen –al igual que los de Emaús-en algo: leyendo las Escrituras, en la fracción del pan y en los pobres 3.- MISIÓN: les envía a extender el Reino de Dios por todo el mundo.

13 EL SEPULCRO VACÍO: -La resurrección no es la revivificación de un cadáver, que se impone con su evidencia empírica. (Los relatos de Lázaro). La resurrección de Jesús, la verdadera resurrección significa un cambio radical en la existencia, en el -No se la puede comprender bajo la categoría de “milagro”, pues en sí misma no es perceptible ni verificable empíricamente, por eso “no es un hecho histórico”. Lo cual no implica negar su realidad, sino insistir en que es otra realidad: no mundana, no empírica, no apresable o verificable por los sentidos, la ciencia o la historia. modo mismo de ser: un modo trascendente, que supone la comunión plena con Dios y escapa a las leyes que rigen las experiencias en el mundo empírico.

14 -La fe en la resurrección no depende del sepulcro vacío; el carácter trascendente de la resurrección hace que pierda relevancia la permanencia o no del cadáver. Una realidad personal tan identificada con Dios que está totalmente por encima de las leyes del espacio y del tiempo no puede guardar relación material con un cuerpo espacio-temporal. -La afirmación de la tumba vacía y el simbolismo de la “resurrección de la carne”, se emplean para expresar la identidad del resucitado. Ni siquiera en la vida mundana el cuerpo es el verdadero soporte de la identidad (sus células se renuevan periódicamente), la identidad personal se construye en el cuerpo pero no se identifica con él.

15 El “cómo” es un misterio más allá de las leyes mundanas, es como la “lógica de la simiente” de 1 Cor 15, 42-44. ¿Quién podría de no comprobarlo a posteriori, ver como posible la continuidad entre la bellota y el roble? En la oscuridad de este misterio se vislumbra la muerte como un tránsito, como un “nuevo nacimiento”, en el que la persona muere hacia el interior de Dios; algo así como si del “útero mundano” la persona se alumbrase hacia la vida definitiva: “llegado allí seré verdaderamente persona”, dijo San Ignacio de Antioquía. En el evangelio de Juan se nos muestra la muerte en cruz como el momento de la exaltación o glorificación o paso al Padre de Jesús, de manera que se trata de una resurrección en la muerte, porque morir es ya resucitar

16 Así como la muerte de Jesús es un acontecimiento histórico, la resurrección es METAHISTÓRICO, no sucede en un lugar del espacio y el tiempo. La resurrección corresponde a la potencia del Dios viviente.

17 La Resurrección de Jesús se puede decir que es un acontecimiento: REAL NO HISTÓRICO OBJETIVO NO EMPÍRICO La Resurrección significa que una vida como la de Jesús tiene sentido De la Resurrección no podemos saber “cómo” será, sólo sabemos que será. No es sólo la resurrección espiri- tual o del alma, sino de toda la persona El amor y todo lo bueno no se acaban aquí, el anhelo de eternidad de la utopía, del cielo ya en la tierra (Jarabe de Palo)

18 El problema del mal: La cruz lo hace visible en todo su horror. El carácter trascendente de la resurrección no permite esperar milagros divinos, sino que convoca a la praxis histórica, colaborando con Dios en su lucha contra el mal. El carácter real y definitivo de la resurrección es lo único que permite responder a la terrible pregunta por las víctimas : sólo la resurrección puede ofrecer una salida a la “nostalgia de que el verdugo no triunfe definitivamente sobre su víctima”.

19 Vida eterna : la esperanza de la resurrección no significa un escapismo espiritualista al más allá, sino una radical remisión al más acá, al cultivo auténtico de la vida y al compromiso del trabajo en la historia. El resucitado es el crucificado, su resurrección se gestó en su vida de amor, fidelidad y entrega

20 RELACIÓN CON LOS DIFUNTOS: La resurrección dice que Cristo está vivo hoy y que la suya es una presencia real, con la que sólo tiene sentido una relación actual. No lo vemos, pero él nos ve; no lo tocamos, pero le sabemos presente, afectando nuestras vidas y afectado por ellas. Por eso podemos hablar con él en la oración y colaborar con él en el amor y el servicio: “a mí me lo hacéis”. El recuerdo puede ayudar como mediación imaginativa para la presencia.

21 Esto implica nuestra relación con los difuntos, que encuentra su modelo en la relación de presencia real y Actual, de comunión e intercambio. A esto apunta el misterio de la comunión de los santos. Nuestros queridos Difuntos son ánimo y compañía, como la presencia de múltiples espejos donde se refleja la infinita riqueza de Dios, como solidaridad con ellos en la historia.

22 acogidos y acompañados, Hablando con ellos en ese peculiar y difícil, pero real, lenguaje de la Fe orante. También podemos hablarles porque siguen vivos en la vida de Dios, nuestro origen y nuestro destino. Ellos no resultan accesibles a nuestros sentidos, pero, como Jesús, sí lo son de algún modo para nuestra fe. Con ellos podemos establecer, o restablecer, una auténtica relación interpersonal, sintiéndonos

23 “Cuando resuciten, no se casarán ni ellos ni ellas, porque serán como ángeles del cielo” (Mt 22,30) Estas palabras no anuncian una vida abstracta y despersonalizada sino a la plenitud del nuevo modo de existencia, con la superación de las fronteras materiales y la posibilidad de una comunión ya totalmente compartible. El amor no conocerá fronteras ni convenciones, no será neutro y anodino, sino más personalizado e incomparablemente más intenso; los vínculos y cariños se conservarán sin la limitación de la muerte, y se expandirá para gozo y alegría de todos.