1 Por: Edmundo, Frida, Rita, Doris B., Doris C. Asignatura: Teoría avanzada en Ciencias Políticas y Sociales Teoría de la Estructuración y Praxis Social Docente: Dr. José Dante Gutiérrez Alberoni DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES, GESTION PUBLICA Y DESARROLLO TERRITORIAL
2 Los numerosos argumentos analíticos o procedimientos metodológicos que se han propuesto para otorgar prioridad a la acción social o a las propiedades de las colectividades difícilmente se sostienen cuando se consideran a la luz de la verdad obvia; la existencia de colectividades que muestran propiedades específicas y configuraciones peculiares depende de la transacción de determinadas formas de conducta.
3 Una de las más señaladas contribuciones de la teoría de la reestructuración, mas importante incluso que la reconciliación de la acción y las colectividades, es la de librar a la teoría social de los dilemas inherentes al positivismo y a las teorías de la acción social, dilemas que a lo largo del siglo veinte han acaparado la atención de los investigadores, sin que por ello hayan sido enteramente resueltos.
4 Sin embargo, en lugar de iniciar un debate con el positivismo y la teoría social positivista, Giddens ha preferido desarrollar las ideas fundamentales de la teoría de la estructuración respondiendo a las teorías de y escuelas de pensamiento que ya se encontraban algo alejadas de los puntos de vista positivistas. De esta manera, ha evitado enredarse en la maraña de los problemas en la que todavía se debaten quienes discuten los méritos y deméritos de la ciencia social positivista. Pero el positivismo no ofrece un marco de referencia adecuado por una razón más fundamental; los problemas de la teoría de la estructuración son de orden diferente al de los que acaparan la atención de los teóricos sociales positivistas. Teoría de la estructuración y positivismo.
5 La aplicación de principios positivistas en el desarrollo de la teoría social es la expresión más obvia de la preocupación permanente que existe en este campo por formas privilegiadas de conocimiento y de legitimidad epistemológica. De la epistemología a la ontología.
6 En lugar de esto, toma sus puntos de referencia de problemas centrales relativos al objetivo de conocimiento de la ciencia social. Giddens afirma que el concentrarse en problemas epistemológicos distrae nuestra atención de los intereses más ontológicos de la teoría social, y la teoría de la estructuración estudia fundamentalmente estos últimos. En lugar de preocuparse de disputas epistemológicas y de si es posible o no formular algo semejante a una epistemología en el sentido clásico de este término, yo pienso que quienes trabajan en la teoría social deberían ocuparse en primer lugar y esencialmente de relaborar las concepciones del ser y el obrar humanos, la reproducción social y la transformación social.
7 Pero a pesar de esta autonomía, los objetivos que Giddens persigue al formular una teoría ontológica de la constitución de la vida social no están desvinculadas de los interés de la ciencia social en general. Al contrario, el propósito principal de la teoría social así considerada es inspirar teorías sobre las estructuras sustantivas y los procesos sociales, así como servir a los fines de la investigación empírica.
8 Es evidente que Giddens contraviene el interdicto positivista en contra de los postulados metafísicos al formular sus concepciones de los fenómenos sociales en términos ontológicos. La revocación de este interdicto es una de las consecuencias liberadoras de la revolución post-positivista o post-empirista en la filosofía de la ciencia. Pero es conveniente tratar este asunto con cautela. En primer lugar, aunque el positivismo esté en declive en la filosofía de la ciencia, continúa siendo una doctrina influyente en círculos sociológicos, especialmente en los estados Unidos. En segundo lugar, la revolución post- empirista no invalida algunos de los motivos que originaron las sospechas de los positivistas con respecto a las ideas metafísicas.
9 Al atribuir intervención o influencia a fuerzas o cualidades metafísicas hipostasiadas se distorsiona la formación de teorías sustantivas y la investigación empírica de los procesos sociales; la evidente diversidad de las distintas sociedades y civilizaciones se presenta con la intención de preservar las ideas metafísicas fundamentales. Por la misma razón, las discontinuidades históricas no coherentes con estas ideas deben dejarse a un lado o suprimirse.
10 Los filósofos de la ciencia post-empiristas no sostienen, ciertamente, formas hipostasiadas de teorías metafísicas. Sin embargo, si afirman que las concepciones metafísicas u ontológicas del objeto de la investigación en cualquier dominio científico dado son necesarias para llenar el vacío debido a la sub determinación de las teorías empíricas por los hechos. Sin entrar en los detalles de los complejos argumentos propuestos al respecto, será útil mencionar las ideas de algunas de las figuras prominentes de la filosofía post-empírica.
11 Según Irene Lakatos, en el centro de un programa de investigación científico existe un núcleo firme y una heurística positiva que pueden formularse en términos metafísicos. Para Lakatos, el éxito de un programa de investigación depende de la capacidad de sus elementos metafísicos para inspirar explicaciones satisfactorias de la investigación empírica.
12 Si prosiguiéramos la investigación del status de los supuestos ontológicos caeríamos en una de esas digresiones epistemológicas que, como indica Giddens, deben evitar los teóricos sociales. No obstante, es evidente que, a diferencia de las formas de teorizar metafísicas, las teorías post-empiristas rechazan la hipostasis de fuerzas o cualidades abstractas al distinguir entre las concepciones ontológicas de entidades o mecanismos fundamentales, por un lado, y la teoría sustantiva y la investigación empírica, por otro.
13 Por consiguiente, las explicaciones hipostasiadas de la determinación trans- histórica de las circunstancias o de las trayectorias universales de los acontecimientos no son ni necesarias ni deseables. Por el contrario, una ontología de las potencialidades aceptable debe ser lo suficientemente flexible como para permitir el desarrollo de diversas teorías sustantivas dirigidas al mismo objeto de estudio.
14 La teoría de la estructuración es enteramente coherente con esat concepción post-empírica de la naturaleza y objetivos de las ideas ontológicas. La teoría estructuralista se refiere exclusivamente a las potencialidades constituidas de la vida social; las capacidades humanas genéricas y las condiciones fundamentales que generan y configuran en una multiplicidad de formas empíricamente discriminables el transcurso y el resultado de los procesos y acontecimientos sociales.
15 Giddens hace hincapié en que todos los tipos de teoría que postulan o implican cualquier teleología funcional o trayectoria universal de la evolución social son confundentes e incorrectos. Dado que la teoría de la estructuración se concentra en la producción y reproducción de la sociedad por parte de los propios agentes sociales, una sistematización de las proposiciones ontológicas también conllevaría cierto grado de sistematización transhistórica de los procesos y resultados de la Praxis social.
16 Los agentes sociales, y no los teóricos sociales, son los que producen, mantienen y alteran cualquier grado de sistematicidad que pueda existir en la sociedad. Por tanto, en la medida en que los conjuntos de proposiciones sistemáticamente relacionadas sean apropiados, son las teorías sustantivas orientadas a los tipos específicos de circunstancias socios históricos las que deben ocuparse de ellos. Como es obvio, este punto de vista es diametralmente opuesto a la total confianza en modos de análisis sistemático de la teoría general de Talcott Parsons.
17
18
19
20
21
22
23
24
25