Según el diccionario de la Real Academia Española, escuchar proviene del latín Auscultāre que traduce prestar atención a lo que se oye, atender a un aviso,

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Author: José Manuel Coronel González
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2 Según el diccionario de la Real Academia Española, escuchar proviene del latín Auscultāre que traduce prestar atención a lo que se oye, atender a un aviso, consejo o sugerencia, aplicar el oído para oír algo o simplemente atender y comprender mentalmente lo que se oye. Escuchar es también, ante todo, respetar al otro tal y como es, en sus pensamientos e ideologías. Oír: Oír: Percibir con el oído los sonidos. Escuchar: Escuchar: Prestar atención a lo que se oye.

3 Escucha a ratos porque encuentra mucha dificultad para sostener la atención. Sus notas, muy densas al principio de la exposición, se van ahuecando poco a poco para desaparecer totalmente tras algunas decenas de minutos. Dotado, como compensación, de un talento innegable de dibujante, llena rápidamente su papel de formas torturadas, de figuras complicadas y de arabescos. El distraído puede ser un oyente peligroso si se agarra a una palabra o a una frase aislada de su contexto. Entonces se cree obligado a intervenir, muy frecuentemente fuera de la cuestión, forzando al conferenciante a repetir su demostración con lo cual el auditorio se impacienta. Este tipo de oyentes es casi siempre un oyente pasivo.

4 Es un oyente – o más bien, dos oyentes – que se instalan confortablemente en un rincón de la sala, no demasiado cerca del conferenciante porque no tienen en absoluto, intención de molestar. Su conversación podrá seguir su camino discreto y sólo se traducirá en un siseo ligero, menos molesto, por lo demás que el ruido de la circulación.

5 Es el caso de la mayor parte de los oyentes; no es por casualidad por lo que se habla de la mayoría silenciosa. ¿Por qué este silencio? Varias razones lo explican: Oyente silencioso tímido: Oyente silencioso tímido: Está paralizado por el miedo. La idea de opinar y de ver converger él las miradas de los otros participantes le da miedo. Es lamentable porque los tímidos son generalmente personas que comprenden y entienden muy bien y muchas veces tendrían cosas interesantes para decir. Oyente silencioso indiferente: Oyente silencioso indiferente: Lo ha visto y oído ya todo y tiene ya su idea sobre todo. Está presente físicamente pero su espíritu está ausente. Oyente silencioso superior: Oyente silencioso superior: adopta a veces una actitud semejante a del indiferente. Mira desde su altura el mundo que se agita abajo y se pregunta que ha venido a hacer él en esta mediocre asamblea y se queda callado porque incluso el contradecir sería participar y eso es lo que no quiere de ningún modo.

6 Comprueba sistemáticamente las cifras que da el conferencista, está al acecho de cualquier error y no soporta ninguna imprecisión, no por afán de contradecir o atacar sino porque es parte de su carácter. Pude ser un riesgo la toma de sus notas, ya que el afán del detalle puede también llevarle a olvidar lo importante. ¿Será éste el oyente ideal? Siempre sentado junto al conferenciante aprueba con movimientos de cabeza o con monosílabos entusiastas todo lo que el orador dice.

7 La escucha eficaz, lo mismo que la lectura eficaz, necesita de un dispendio suplementario de energía. Escuchar bien es una inversión intelectual. Es necesario aceptar la idea de que hay que consagrarle un mínimo de esfuerzo. Estas son algunas estrategias para mejorar su escucha. El oído es perezoso. De vez en cuando impóngase la obligación de escuchar la radio o la televisión poniendo el sonido un poco más bajo, en el límite de la percepción. Después de haber escuchado una conferencia en la radio, esfuércese por evocar las ideas en el orden en que fueron expuestas. Podrá comprobar la débil capacidad de nuestra memoria auditiva. Realice este mismo ejercicio después de haber leído un texto. Notará que el resultado no es muy diferente.

8 Registre una exposición o una conferencia y, sobre la marcha, anote las palabras que le parecen indispensables para la comprensión del texto. Comprobará el gran número de redundancias del discurso oral. Diviértase Entrénese en seguir dos conversaciones simultáneamente mientras usted mismo habla. No es muy educado pero perfectamente revelador de la unicidad de la idea clara. Quite el sonido al receptor de televisión e intentando adivinar lo que dicen los personajes de la pequeña pantalla siguiendo su mímica y el movimiento de sus labios. Quedará sorprendido de ver hasta que punto las actitudes, la mímica, los gestos de los que hablan son importantes para la comprensión de lo que dicen.

9 El buen oyente es un hombre libre, es decir, liberado de esos prejuicios que deforman, esquematizan y ridiculizan, el pensamiento. Tiene el espíritu tan abierto como los oídos. Se le reconoce en una asamblea porque deja hablar a sus interlocutores sin por ello estar siempre de acuerdo con ellos: sabe que no se puede tener razón en todo y que los demás tienen muchas cosas que enseñarle. Por eso cuando asiste a una conferencia, sus intervenciones son siempre estimadas porque no se le aprecia ningún signo de agresividad.

10 He aquí un dibujo abstracto, mírelo atentamente durante 2 minutos analizando cada uno de sus componentes. Deje de observar el gráfico y dibuje todo lo que recuerde. Para acordarse bien de las palabras leídas u oídas, es indispensable haberles prestado atención. Pero muchas veces no suele ser este el caso. Cuantas veces nos sucede que miramos sin ver de verdad y escuchamos sin entender de verdad. Por eso a continuación se presentan algunos ejercicios de aplicación que tienen por objeto brindar algunas estrategias para desarrollar nuestra capacidad de atención y de concentración al escuchar.

11 Cierre los ojos dos minutos prestando atención a todos los ruidos que le rodean. Luego identifíquelos y trate de determinar su origen. Si realiza satisfactoriamente este ejercicio descubrirá ruidos que nunca se había detenido a prestarles atención. Hágase leer por un compañero del grupo las listas de cifras siguientes. Intente repetir las series. a)4 - 7 b) 5 – 1 - 3 c) 8 – 3 – 4 - 6 2 - 6 1 – 6 – 9 2 – 5 – 7 - 1 1 - 5 7 – 2 – 4 9 – 3 – 8 - 2

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