1 Un encuentro con Dios Adoremos
2 Isaías 6:1-9 “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de Él había serafines Y el uno al otro daba voces, diciendo:
3 …Santo, santo, santo, El Señor de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo...
4 Entonces dije: ¡Ay de mí...Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, El Señor de los ejércitos...
5 ...Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado...
6 ...Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda, y di a este pueblo[...]”
7 «... Vi yo al Señor...» Por muchos años hemos visto a tanta gente tener encuentros con Dios, algunos han sido encuentros reales , otros muchísimos encuentros emocionales.
8 Una de las pruebas contundentes de que un hombre o una mujer ha tenido un encuentro con Dios es el cambio que se produce en sus vidas.
9 Hay una necesidad en nuestras vidas de poder declarar esta verdad y no hay otra manera de declararla sin tener un encuentro REAL con Dios.
10 No conocemos a Dios si nuestra vida no cambia
11 Le pedimos al Señor que nos abra los ojos del entendimiento y que podamos verlo, y de esta manera ser cambiados a su imagen y semejanza. Quizá entonces podremos hacer las cosas como Él las hace.
12 «...Ay de mí...» Cuando nos atrevemos a entrar a su presencia y contemplarlo, nos confrontamos con la triste realidad de nuestra situación: ¡somos todo lo contrario!
13 Nos confrontamos ante nuestra situación
14 A la Luz de Su presencia, podemos ver todas las cosas de nuestras vidas que no van de acuerdo a Su deseo y propósito para nosotros.
15 De pronto somos confrontados con esta realidad que nos lleva a realizar el cambio que necesitamos pero muchos no quieren pagar ese precio.
16 Es necesario entrar a Su presencia y dejar que Su luz brille en nuestras vidas para que nos muestre todas las cosas que estan mal y permitir que El las vaya cambiando.
17 «...y volo hacia mi uno de los serafines...»Antes de ser usados por Dios, es necesario el proceso de la Purificación, este proceso lleva tiempo pero recordemos que la obra Dios la terminara a su tiempo.
18 Filipenses 1:6 “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”
19 Cantamos tantos cantos tan preciosos y verdaderosCantamos tantos cantos tan preciosos y verdaderos. Pero la mayoría de nosotros no vivimos lo que cantamos porque se refleja en nuestro estilo de vida.
20 La purificación no es algo que el hace porque esta enojado con nosotros, sino porque está produciendo en nosotros cada vez más excelente peso de Gloria.
21 2 Corintios 4:17 “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”
22 «...Después, oí la voz del Señor...»Es necesario pasar por el proceso de purificación antes de poder tener la sencibilidad de escuchar la voz del Señor
23 La purificación es necesaria
24 Isaías nos da a entender que el problema no es que el Señor deje de hablar, sino que nosotros estamos escuchando tantas otras cosas que no le podemos oír.
25 Escuchamos otras cosas, y no la voz de Dios
26 Lo que deberíamos hacer es someternos al proceso purificador para que el Señor limpie nuestros oidos espirituales de todas esas otras voces para que solo podamos escuchar Su voz.
27 Hay una sola manera de saber la dirección del Señor y conocer Sus instrucciones: Estando en Su presencia escuchándolo a Él.
28 «...Entonces respondí yo...»Cuando uno ha conocido la voz del Señor, su reacción a esa voz es inmediata y segura: «Heme aquí»
29 «...Envíame a mí...» Esto también es característico de la persona que ha estado con el Señor: no se atreve a pensar en que Dios use a cualquier otra persona, sino quiere que el Señor lo use a él o a ella.
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31 «... Y dijo...» ¡Aquí está! finalmente lo que muchos quieren desde un principio, sin tener que pasar por todo lo anterior que hemos venido hablando
32 Todos al parecer nos preocupamos más por la tarea, (¿En qué me usará el Señor?) que en el Dios que reparte las tareas.
33 «Ese es MI ministerio», «Ese es MI lugar»Tenemos una sed tan grande de ser usados, que muchas veces nos encontramos peleando por los puestos y las posiciones porque: «Ese es MI ministerio», «Ese es MI lugar»
34 Nunca debemos caer en el error de pensar que las «Tareas» que hacemos para el Señor son más importantes que Él mismo.
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36 Lo primero que necesitamos en nuestras vidas para ser verdaderos adoradores es comprometernos a «estar» con el Señor en lugar de tratar de «hacer» para el Señor.