1 URBANIDAD INTEGRANTES: GR2 ET MENDEZ ANGELO GR2 ET NEIRA JESUS GR2 ET RODRIGUEZ ANGEL GR2 ET RONQUILLO STEVEN GR2 ET SUAREZ BRYAN
2 NORMAS DE CONDUCIRNOS EN SOCIEDAD
3 La buena sociedad no reconoce otro medio que el de las presentaciones, así para la creación de las amistades, como para todo acto de comunicación que no esté naturalmente legitimado por un grave accidente del momento, por la necesidad de tratar sobre un negocio, o por alguna circunstancia excepcional de las que se expresarán más adelante. Las presentaciones pueden ser especiales u ocasionales; las primeras son las que se hacen premeditadamente, y con la intención de poner a dos o más personas en contacto amistoso; las segundas son las que nacen de encuentros casuales o de circunstancias puramente transitorias, y sólo tienden a establecer relaciones accidentales. Unas y otras pueden hacerse por medio de cartas de recomendación o de simple introducción.
4 Presentemos una completa atención a la persona que lleve la palabra en una conversación general, y a la que nos hable particularmente a nosotros, dirigiendo siempre nuestra vista a la suya. La urbanidad exige que manifestemos tomar un perfecto interés en la conversación de los demás, aun cuando no nos sintamos naturalmente movidos a ello.
5 Al presentar un tema cualquiera de conversación, consultemos el carácter, las inclinaciones, las opiniones y todas las demás circunstancias de las personas que componen la sociedad. Procuremos hablar a cada persona sobre aquellas materias que le son más familiares, y en que pueda por lo tanto discurrir con mayor facilidad y lucimiento; pero evitemos toda falta de naturalidad y discreción en este punto, pues el contraer demasiado la conversación a la profesión o industria de la persona con quien hablamos, podría hacerle pensar que nosotros la considerábamos carente de otros conocimientos.
6 Procuremos que las personas que nos visiten, sin excepción alguna, se despidan de nosotros plenamente satisfechas de nuestra manera de recibirlas, tratarlas y obsequiarías. Cuando se nos anuncie una visita y no nos encontremos en la sala de recibo, no nos hagamos esperar sino por muy breves instantes; a menos que alguna causa legítima nos obligue a detenernos un rato, lo cual haremos participar a aquélla inmediatamente, a fin de que nuestra tardanza no la induzca a creerse desatendida. Cuando un caballero reciba a varias señoras, no se sentará en una misma línea con ellas, sino que, colocándolas en los asientos principales, se situará en un lugar desde el cual puede dirigir a todas la palabra, sin necesidad de volverse para ello a uno u otro lado.
7 A la persona que hace una visita de ceremonia, o cualquiera otra de etiqueta, no se la invita jamás a apartar su sombrero de las manos, para colocarlo en un lugar cualquiera de la sala de recibo Si tenemos en nuestra casa una reunión de invitación especial, y una persona que lo ignora se presenta a visitarnos, guardémonos, puesto que habrá de retirarse prontamente, de invitarla, por más de una vez, a prolongar su visita. Cuando nos encontremos en la sala de recibo al llegar una persona de visita, le ofreceremos siempre asiento inmediatamente después de haberle correspondido su saludo.
8 La mesa es uno de los lugares donde más clara y prontamente se revela el grado de educación y de cultura de una persona No tomemos nunca asiento en la mesa antes que lo hayan hecho nuestros padres, o cualquiera otra persona de mayor respetabilidad que nosotros, de quienes estemos acompañados. No apoyemos nunca en la mesa todo el antebrazo, y en ningún caso pongamos sobre ella los codos en el momento de comer
9 Jamás nos pongamos de pie, ni extendamos el brazo por delante de una persona o hacia las que se encuentran en el lado opuesto, con el objeto de alcanzar algo que esté distante de nosotros, o de tomar o pasar un plato o cualquier otra cosa. Valgámonos en todos los casos de los sirvientes, o de las personas que se encuentran a nuestro lado, cuando éstas tengan muy a la mano lo que necesitemos. Cada uno de los instrumentos y utensilios de que nos servimos en la mesa, tiene su manera peculiar de manejarse; y es observación que no debe omitirse, que las faltas en este punto, de tan poca entidad real, son sin embargo características de las personas mal educadas.
10 Nuestros vecinos merecen respeto, consideración y afecto, porque viven muy cerca de nuestro hogar Si es verdad que cada cual puede hacer lo que le plazca dentro de su propia casa, procuremos respetar la tranquilidad de los demás. Es feo mirar desde las ventanas o azoteas. Los vecinos son una parte importante de nuestra vida cotidiana al tener que convivir con ellos de forma diaria
11 Si estamos enterados de que en la casa vecina hay un enfermo o un difunto, procuremos abstenernos de fiestas, músicas, bailes, etc. Esta será una elocuente prueba de afecto y de consideración. Nunca debe expresar críticas hacia los vecinos, a menos que sea absolutamente necesario y constructivo, en cuyo caso debe hacerse con sumo tacto y diplomacia. al vecino. Debe ir a dar la bienvenida a los vecinos recién llegados. Lo ideal es que esta visita se haga durante las primeras veinticuatro horas de estancia en la nueva residencia. La visita debe ser breve y se hace con el propósito de entablar unas relaciones buenas y cordiales.